Dos profesionales sanitarias, durante su jornada laboral. | miquel a. cañellas

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El Govern da por liquidado su Presupuesto para este año y prepara cambios de calado que afectarán profundamente tanto al apartado de gastos como al de ingresos. La portavoz del Govern, Pilar Costa, aseguró tras la reunión del Consell de Govern que deberá revisarse todo el Presupuesto de este año y lo dijo cuando se le hizo una pregunta muy concreta: si hay que bajar el sueldo a los funcionarios o a los altos cargos del Govern.

La realidad es que los Presupuestos ya son papel mojado. Toda la previsión de ingresos y gastos que aprobó el Parlament el pasado mes de diciembre ha saltado por los aires debido a la crisis del coronavirus. Las consecuencias de la pandemia llegan al Consolat con una doble vertiente: el Govern se prepara para una radical disminución de los ingresos previstos en las cuentas y además ya sabe que habrá un aumento exponencial de los gastos sociales y sanitarios.

El gasto extraordinario ya ha comenzado con medidas como la ampliación de la renta básica, la aportación extraordinaria de 75 millones a ISBA para inyectar liquidez a la empresas, las tarjetas de beca comedor o la compra de material informático para que los alumnos que no disponen de herramientas digitales no queden descolgados.

Pero, sobre todo, se ha disparado el gasto sanitario tanto por la contratación de médicos y personal sanitario como por la compra de todo ese material de protección que llega en aviones desde China.

Un tsunami económico

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La consecuencia de este tsunami en las cuentas del Ejecutivo es que ahora mismo están en el aire todos los grandes proyectos de infraestructuras previstos por el Govern, como la ampliación del metro al Parc BIT o Son Espases, así como distintas obras ferroviarias que debían empezar a tomar forma en las cuentas de este año. Por ejemplo, la ampliación de la línea de metro hasta el Parc BIT suponía un desembolso de 20 millones que ahora son duda.

Las prioridades en estos Presupuestos ‘de guerra’ han pasado a ser la sanidad y los servicios sociales. «La prioridad absoluta es atender esta emergencia y proteger a las personas para reducir al mínimo posible el impacto para los ciudadanos y atender las necesidades sociales como consecuencia del freno de la economía», asegura la consellera d’Hisenda, Rosario Sánchez.

Caída en los ingresos

Pero las cuentas del Govern no dan ahora para atender estas necesidades: se prevé una importante caída en la recaudación de la ecotasa debido a que la temporada turística se da por perdida. Solo del Impuesto de Turismo Sostenible, la previsión de ingresos era de unos 130 millones de euros este año.

A ello se une al seguro descenso en los ingresos procedentes del impuesto de transmisiones patrimoniales, el que grava la compraventa de viviendas. Se prevé una paralización temporal del mercado inmobiliario y eso suponen menos ingresos para el Govern. Es decir, habrá más gastos y menos ingresos y la única partida que llegará intacta son los 2.906 millones de euros de financiación autonómica, que representa un 65 por ciento de los ingresos totales.

El Govern espera compensar esta caída en los ingresos por una doble vía de financiación extra. Por un lado, espera recibir dinero de los fondos europeos; por el otro, el Govern ya negocia con el Ministerio una flexibilización del límite de déficit para poder endeudarse más de lo que le permite ahora la ley. Ahora mismo, el límite de déficit es del 0,2 por ciento del PIB, unos 65 millones de euros.