Hipólito Seguido y María de los Angeles Mota, con sus hijos Aina y Marc, en Playa del Carmen (México).

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Los efectos de la crisis sanitaria por el coronavirus están afectando de lleno a todas las cadenas hoteleras mallorquinas presentes en el Caribe, ya que han provocado el cierre de la práctica totalidad de los establecimientos en República Dominicana, México, Aruba, Jamaica y Cuba. Las empresas mantienen pequeños retenes de trabajadores, entre ellos muchos mallorquines, que han quedado confinados por los estados de alarma en dichos países.

Para evitar robos en las zonas de playa, las cadenas se han visto obligadas a contratar empresas de seguridad locales para evitar robos y destrozos en los hoteles mientras están cerrados.

Los trabajadores mallorquines, a causa del COVID-19, llevan confinados varias semanas en México, República Dominicana y Cuba, con la lógica preocupación para sus familias y empresas.

Marc Miralles, responsable de comunicación de Riu Hotels en el Caribe y natural de Marratxí, resalta desde Cancún: «Es un choque ver cómo los hoteles se han ido quedando sin turistas. El panorama es desolador y solo esperamos que la normalidad vuelva lo antes posible».

Miralles señala que su madre «me envía por teléfono mensajes y se muestra lógicamente preocupada». Resalta que desde la central de Riu en Palma «están muy encima de nosotros para solventar cualquier problema y que no nos falte de nada. Y la verdad es que tenemos todo lo que necesitamos».

Sobre el estado de alarma en México, indica: «Cancún se ha quedado vacía y esto choca por el impacto de ver una zona turística totalmente desangelada».

Desde la Playa del Carmen, en plena Riviera Maya, el matrimonio formado por María de los Ángeles Mota e Hipólito Seguido, trabajadores del grupo Sampol, intentan sobrellevar el confinamiento de la mejor forma posible con sus hijos Marc y Aina.

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«Sabíamos que el efecto del coronavirus iba a llegar a la Riviera Maya, de ahí que tomamos las medidas adecuadas. Desde el 13 de marzo, tanto mi marido como mis hijos no han salido de casa. Únicamente lo hago yo un par de veces a la oficina y una vez por semana para comprar alimentos», señala Maria de los Ángeles Mota. Al igual que Miralles, Mota agradece la actitud del grupo Sampol «porque nos sentimos muy arropados por nuestros jefes y por el departamento de prevención». Lo que le preocupa a ambos es que «esta situación atípica de confinamiento afecte al aspecto académico de sus hijos».

Juan José Hidalgo se encuentra estos días de visita en la República Dominicana.

Juan José Hidalgo

El presidente del grupo Globalia, Juan José Hidalgo, por su parte, se encuentra confinado en un hotel de Punta Cana. «Soy una persona de alto riesgo y yo y mi familia hemos considerado que lo mejor era quedarme aquí, donde llevo una vida muy tranquila y relajada», señalaba ayer desde Dominicana.

Sobre el impacto del coronavirus en el Caribe y en Europa, afirmó: «Es muy triste lo que está pasando, además de inesperado e impensable para la industria turística. Es una pena». Mantiene contacto diario con su familia en Madrid y Mallorca y aprovecha su estancia en Dominicana para practicar el golf y bañarse «en una playa que es solo, tristemente, para mí».

Cada vez que sale a jugar al golf tiene que pasar cerca de la casa de Julio Iglesias, con quien le une una gran amistad desde hace años. «Cuando juego siempre sale a saludarme y hablamos largo y tendido de todo. Ambos estamos más seguros aquí por motivos sanitarios», puntualizó.

Cadenas de las Islas cierran más de 250 hoteles en la zona

Meliá, Iberostar, Barceló, Riu, Blau, Roc, Valentín Hoteles, Mar, Sirenis, Palladium, Hipotels y resto de cadenas mallorquinas presentes en República Dominicana, Cuba, Jamaica, Mexico y Aruba, a causa de la crisis del coronavirus y caída en picado de la llegada de turistas al Caribe, han cerrado en las últimas semanas más de 250 hoteles.

Los países más afectados son Cuba, México y Dominicana por el descenso del turismo canadiense y europeo.