Imagen de la pérdida de arena en Cala Millor. | Assumpta Bassa

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Los turistas pagarían 1,23 euros al día por salvar un metro de playa de los efectos del cambio climático, concretamente por el aumento del nivel del mar. Ésta es una de las conclusiones de un estudio de la Universitat de les Illes Balears (UIB) que analiza la disposición de nuestros visitantes a pagar una serie de medidas orientadas a minimizar los impactos negativos que el cambio climático podría llegar a producir en la costa de Mallorca.

Si se tratase de evitar las llegadas masivas de medusas, los turistas contribuirían con 0,9 euros por cada día de estancia y pagarían 0,31 euros al día para recuperar el 1 % de las praderas de posidonia.

El estudio ha sido realizado por la doctora Alejandra Enríquez y el doctor Àngel Bujosa, profesor titular del Departament d’Economia Aplicada de la UIB, y ha sido publicado recientemente en la revista científica Climatic Change. El estudio es parte de la tesis doctoral de Alejandra Enríquez, defendida en noviembre de 2019 en la popia UIB. En la actualidad, Enríquez es investigadora postdoctoral en la Universidad de Florida Central, en Estados Unidos.

El trabajo mide la disposición que tienen los turistas a pagar por un conjunto de políticas destinadas a reducir tres de los principales efectos ambientales inducidos por el cambio climático, como son la pérdida de superficie de las playas a consecuencia del incremento del nivel del mar, la pérdida de praderas de posidonia y el aumento de la población de medusas, en estos últimos casos, provocados por el calentamiento del agua de mar.

El estudio se desarrolló mediante encuestas en el marco de un proyecto de investigación más amplio que tiene como objetivo evaluar los efectos del cambio climático en el bienestar de los turistas que visitan Balears. El cuestionario se organizó en tres partes. Además de pedir sobre las características del viaje y del alojamiento, la primera parte indagaba sobre la importancia de los problemas ambientales que pueden afectar a la experiencia turística en el destino; la segunda parte introducía una descripción detallada de los impactos que se esperaba que el cambio climático tuviera en el destino; y, la tercera parte incidía en las características socioeconómicas de los encuestados.

Los resultados muestran que los visitantes de Mallorca apoyan la implementación de medidas para contrarrestar los tres impactos ambientales mencionados. Además, también confirman que los efectos del cambio climático alterarán el atractivo de Mallorca como destino turístico.