Imagen de la residencia de la Bonanova, donde no se han detectado positivos por coronavirus entre los 400 usuarios. | ARCHIVO

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Los 28 casos positivos detectados en cuatro residencias de ancianos o de dependientes han puesto en alerta contenida a los servicios sociales del Consell y del Govern para evitar que el COVID-19 se contagie más aún en zonas consideradas de riego.

Desde que se iniciara el brote de coronavirus, ya han muerto tres personas en estas residencias, dos de ellas en Mater Misericordiae y otra, en Sant Miquel. En Baleares hay 4.100 personas ingresadas en este tipo de centros y 2.820 son dependientes.

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Hasta este lunes, la cifra de contagiados en estos centros deja el siguiente resultado: en Sant Miquel hay nueve positivos, de los que cuatro están ingresados en la Cruz Roja; en Son Tugores hay 12 positivos más un enfermero, y siete de ellos están en la Unidad UPRA del Hospital Psiquiátrico –habilitado para contagiados no complejos– y dos en Son Espases; hay uno más en Can Blai, en Eivissa, y en Mater Misericordia hay cinco, dos de ellos fallecidos.

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Govern y Consell aseguran que todos los departamentos están siguiendo de forma estricta las directrices de salud pública. A diferencia del complicado panorama que están viviendo otras comunidades autónomas, especialmente Madrid, en Balears no se ha llegado a la fase de pedir la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para que ayude en las labores de desinfección.

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Si el panorama se complica, la presidenta del Govern, Francina Armengol, ya anunció su disposición a pedir esta ayuda si la situación se agravara y terminara siendo necesario. Por ahora, lo que sí se ha previsto es la posibilidad de flexibilizar las exigencias de titulación en caso de que falte personal.

Todos los casos confirmados de coronavirus son trasladados a hospitales y los residentes que han estado en contacto con los enfermos permanecen en zonas de aislamiento habilitadas en las mismas residencias.

Por lo que respecta a los trabajadores, todos los que han estado en contacto con enfermos deben quedar en sus casas. También se tiene un control exhaustivo sobre los proveedores que acceden a las residencias para entregar suministros o material: se les toma la temperatura para determinar si están bien.