Una profesora desinfecta juguetes en un centro escolar.

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Tres días para organizar un operativo de vida que hemos construido durante años y se mantendrá así aún no sabemos por cuánto tiempo. Tres días de cambios, de incertidumbres, de no saber qué pasará mañana, ni en las próximas horas. En una semana, hemos pasado de mirar al coronavirus desde la distancia a mirarlo directamente a los ojos; de tener una vida 'normal' a vernos confinados en casa. Todo en siete días. No es la primera jornada de 'encierro' necesario -vital para frenar el contagio- pero sí la primera de los niños sin clase. Será así al menos durante 15 días. ¿Cómo se organizan las familias de Mallorca?

Algunos padres ya hoy no han ido a trabajar. Sus empresas les han mandado a casa, forman parte de esos sectores que por orden del Gobierno deben cerrar la persiana. Dejan el trabajo y se quedan en casa, con los niños, organizando un nuevo día a día, donde hay tiempo para el juego y también para seguir, en la manera de lo posible, con su formación, a través de las instrucciones que les llegan desde el centro educativo. Hay que establecer nuevas rutinas, y afianzarlas. Dice el director del Centro de Alertas, Salvador Simón, que las cuarentenas son duras y que los primeros días son los fáciles. Lo importante, ha subrayado este lunes, es seguir con el mismo nivel, con la misma contención el día 15 que el día 1, 2, y 3.

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Y en ello están muchas familias, intentando todavía encontrar su nuevo sitio. Algunos no tienen más remedio que seguir al pie del cañón -y ya no sólo hablamos del sector sanitario-, sino de otros muchos trabajadores que siguen yendo a trabajar y deben recurrir a familiares para poder cubrir las necesidades de sus hijos. Otras familias se organizan por turnos. «Mamá trabaja y papá se queda con ellos; luego, cambiamos roles», explica una compañera periodista. Y así es la rutina desde este lunes para la mayoría.

El teletrabajo está siendo la opción para otros; para aquellos que no pueden contar con ayuda en casa y que su labor diaria puede desarrollarse desde casa. Ello tampoco es fácil. Conciliar todo en casa es una nueva 'guerra' para la que nos tenemos que preparar en tiempo récord; la situación lo requiere, claro. Pero no siempre es posible y ahí entramos en el terreno de la incertidumbre laboral para otros, la preocupación de autónomos, empresarios,...

Y en mitad de este caos organizativo ahí están los peques. Ellos son parte de una situación que quizá no terminan de entender del todo. En pocos días, en siete, han dejado sus rutinas, han dejado el cole, el parque, la visita a los abuelos, el parque, las meriendas con amigos, los cumples, .... Todo se reduce a su hogar. Y sí, en estos primeros días, la novedad puede ser incluso divertido, pero nos esperan días difíciles. No son vacaciones, es otra cosa jamás vivida. Y entre todos está ponerle cuanto antes fecha de caducidad.