Font dice que el PI no es un partido nacionalista y que debe centrarse en Baleares. | M. À. Cañellas

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Acaba de presentar su dimisión como presidente del PI con duras críticas a sus rivales en el partido. Jaume Font (sa Pobla, 1961) deja la primera línea, pero no la política porque dice que es algo que le acompañará siempre.

¿Por qué se va? Da la impresión de que han primado más cuestiones personales que políticas.
— No es así. Llevo meses pidiendo que no haya duplicidad de cargos y que, quien tiene dedicación exclusiva, se dedique al partido. Lo llevo diciendo desde las elecciones. Melià tiene un problema: piensa que si un partido no es clave, no es nadie. Yo no pienso lo mismo y en algunos ayuntamientos lo hemos demostrado. En Inca y Marratxí no somos clave, pero gobernamos y esa es la transversalidad del PI. No todo es ser bisagra.

¿Todo este desencuentro viene por el resultado electoral?
— Los resultados no fueron malos en medio de aquella coyuntura, pero ellos dicen que no. Fue mal en Palma, pero es que allí se jugó muy mal: no se optó por buscar gente moderada para estar en puestos de salida.

¿Fue un error poner a Neus Sánchez?
— Neus es encantadora pero un proyecto como el PI no es nacionalista ni debe perder la cabeza por lo que pasa en Catalunya, sino en Balears. Entiendo que haya gente que no piense como yo, pero eso ya no es el PI.

¿Cuando pide ampliar la base social del partido a qué se refiere?
— Hay que comunicar mucho más claramente lo que defendemos en las instituciones porque lo estamos comunicando solo en nuestra lengua. No nos abrimos a usar el castellano y, sin dejar de defender nuestra lengua, debemos ser un partido bilingüe. Defiendo mi lengua, pero no me cuesta cambiar al castellano.

¿Es un debate entre regionalismo y nacionalismo?
— Mi fallo fue no negociar bien este asunto con Melià cuando creamos el PI. La tensión ya existió y cerramos el tema llamándonos de centro autonomista. Me equivoqué: tenía que haber aguantado porque estaban derrotados y hasta habíamos hecho más votos que ellos. Pedí que, si hay soberanistas en Palma, se vayan a otro partido porque el PI no es soberanista, pero Melià no quiso. La gente tiene claro que yo no soy nacionalista, hasta soy del Madrid, pero fui acumulando hasta que se acabó.

¿Y qué hizo?
— Les dije: vosotros creéis que los resultados no son buenos, pero no queréis ampliar la base para comunicar nuestros postulados de otra manera para que otra gente nueva entienda nuestras propuestas. Estar todo el día con la lengua y la bandera en un mundo tan globalizado no es bueno.

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También hubo un choque cuando propuso entrar en el gobierno del Consell con el PSIB.
— La propuesta quedó fulminada en el minuto cero. La realidad es que podíamos haber llegado a un acuerdo global para hacer valer nuestro poder municipal y negociar en el Consell. Éramos necesarios y debemos ser transversales y esa era una opción.

Dice que en Marratxí y en Inca sí funcionó.
— Claro. No se pueden tener dos caras, pero hay otro problema: si no tienes dedicación exclusiva a la política, tu cabeza está en otra cosa. Yo pedí que esto cambiara, pero al final acepté un documento de consenso que nos presentó Miquel Munar a Melià y a mí que él no ha respetado.

¿Qué decía el documento?
— Que el presidente puede elegir a los secretarios que quiera. Cuando propuse nombrar a Lina Pons y a Joana Xamena en el lugar de Damià Perelló no se aceptó. Perelló tiene planteamientos soberanistas y, como entrenador, pensé que había que hacer cambios en el equipo a los que se opusieron Melià y Xisca Mora. Vi a mi secretario general y a mi vicepresidenta como siempre: no querían dedicación exclusiva, no querían los cargos que propuse y seguían defendiendo al grupo de soberanistas de Palma. Pensé que debía irme porque no me quería pelear con nadie.

El PI ha quedado en ‘shock’, ¿saldrá el partido de esta?
— Yo llevaba meses diciendo que, si no cambiaban las cosas, me iría, pero nadie de estos me creyó. Para salir, el PI necesita que lo coja alguien que no sea de ninguno de los dos.

¿Quién?
— Hay infinidad. Hay 19 o 20 juntas que han pedido un congreso y que Melià y Mora renuncien. El partido es más grande de lo que se creen. He intentado poner caras nuevas para que se viera, pero eso igual suponía cambiar el estatus de mucha gente que tiene controlado una serie de puestos. Yo ya me he ido.

¿Por eso cree que se tienen que ir Melià y Mora?
— Yo pensaba que tenían que dimitir conmigo porque no soy el único responsable de esta situación.

¿Y qué hará ahora?
— Me voy al restaurante. No habrá un nuevo partido, como dicen algunos ni iré de vuelta al PP porque soy coherente.