Estas cifras ponen de manifiesto un avance de la temporada turística. | LAURA L. MARIN

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Baleares registró un récord de trabajadores fijos discontinuos en activo en enero y febrero de este año. En los dos primeros meses había 15.774 personas afiliadas a la Seguridad Social en esta modalidad contractual, un 7,1 % más que en el mismo período del 2019 y más del doble que hace una década. Estas cifras ponen de manifiesto un avance de la temporada turística puesto que el contrato fijo discontinuo es propio de este sector. Así lo indicó el conseller de Turisme i Treball, Iago Negueruela, quien reconoció que habrá que «vigilar» la evolución laboral de los próximos meses por el impacto que puedan tener en el mercado de trabajo los efectos del coronavirus.

Negueruela reconoció que la principal preocupación «se centra en el corto plazo» –que incluye Semana Santa– y que es menor de cara al verano. En cualquier caso, insistió en lanzar un mensaje de tranquilidad y aseguró que los datos del paro y afiliación de febrero publicados ayer «reflejan una imagen de normalidad» y que si la temporada arranca «no se deberían frenar las llamadas a fijos discontinuos».

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Baja el paro

El pasado mes de febrero se recuperó la tendencia de reducción de paro en términos interanuales. Se registraron 57.565 personas sin empleo, un 1 % menos que un año antes, un descenso similar a la media estatal (-1,3 %). Respecto a enero, se redujo un 5,4 %, el mayor descenso del Estado. En cuanto a la afiliación, el mes pasado había 441.667 personas ocupadas, un 1,82 % más que un año antes y casi un 3 % más que el mes anterior. Se trata del mayor incremento a nivel estatal. Según destacó el director general de Model Econòmic, Llorenç Pou, se alcanzó por tercer febrero consecutivo un máximo de afiliación en este mes del año.

Por otra parte, desde el Govern valoraron de forma positiva el descenso de la tasa de la temporalidad, que se situó en el 31 % en enero, dos puntos por debajo de un año antes. Otros aspectos que destacaron fue el «importante» descenso de los parados de larga duración y el aumento de la tasa de protección. Un 61,2 % de personas sin empleo recibe alguna ayuda económica, el porcentaje más alto desde 2010.