Andoni Anseán participó este jueves en unas jornadas de trabajo del Servei de Salut. | Pere Bota

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Preside la Sociedad Española de Suicidología y la Fundación de Prevención del suicidio. A Andoni Anseán le preocupa y ocupa despertar conciencias ante un problema que se cobra en España más de 10 vidas al día, una cada dos horas y media.

¿Se mantienen estas cifras?
—Sí, aunque en 2018 bajó un poco siempre nos manejamos entre 3.500 y 3.700 muertes al año.

¿Cuál es el histórico?
—Podríamos decir que el suicidio ni ha disminuido ni ha aumentado sino que ha habido picos. En 2010 bajó mucho, luego volvió a subir. Nos preocuparon los efectos de la crisis económica pero las investigaciones no apuntan a un impacto significativo, sólo en el caso de hombres en edad activa. No sabemos por qué se suicidan las personas, por qué se deprimen o por qué enferman de cáncer pero podemos prevenirlo.

¿El suicidio es un mal del Hemisferio Norte?
—No, lo que pasa es que hay mejores y peores sistemas de registro. No existe un comportamiento geográfico lógico. Aquí hay una tasa muy alta en Asturias y Galicia y tiene menos el Levante pero luego analizas más y Granada o Córdoba tienen unos índices elevadísimos.

¿Y Baleares?
—En Baleares nos hemos encontrado el dato sorpresa de que en 2018 disminuyeron hasta un 46 % los suicidios en mujeres y un 26 % en hombres, está de nuevo al nivel de hace 10 años.

¿Una ley que regule la eutanasia incrementará el registro de suicidios?
—Sí, aunque habrá que ver si se regula como un suicidio asistido en que yo me quito la vida o como eutanasia, en que lo hace una tercera persona.

¿La Fundación para la prevención del suicidio está a favor?
—La sociedad y los poderes públicos están más interesados en promover el suicidio que en prevenirlo. Está muy bien que se regule pero también estaría muy bien prevenir, que sigue siendo una enorme asignatura pendiente. Esto cambiará el mapa de suicidios en España.

¿Hay que informar de los suicidios en los medios?
—La OMS dice que si se hace adecuadamente puede ser una de las estrategias de prevención más eficaces. Dar pautas de actuación, recursos de asistencia, enfocándolo como un problema de salud pública que se puede superar… Con este enfoque en positivo, sí.

¿Hay que hablar del suicidio en los colegios?
—Sí. Igual que hay que hablar de sexualidad o violencia de género que era impensable hace unos años. No tiene que haber tabúes. El tema no es qué sino cómo, si se hace de forma adecuada se pueden evitar muertes.

¿Hay muchos casos de niños suicidas?
—Sí. En el año 2018 fallecieron en Baleares 12 de los 71 suicidios registrados en todo el año tenían entre 15 y 29 años. Y para que haya una muerte por suicidio en esa franja de edad ha tenido que haber muchos intentos. En general hay 20 por cada suicidio, entre los mayores son tres. Hay mucho intento.

Hay asociaciones que dicen que los suicidios no se registran bien y hay más de los que se cree.
—Las muertes accidentales en España se han multiplicado por 2,5 en los últimos años. Hablamos de caídas y ahogamientos accidentales ¿Somos más torpes? La Guardia Civil calcula que aproximadamente el 5 % de los fallecidos por accidente de tráfico son suicidios ¿Cuántos lo son por una ingesta accidental de medicamentos? No los sabemos.

¿Cuándo deben sonar las alarmas?
—Cuando hay un cambio significativo. No hay más ciego que el que no quiere ver pero los propios profesionales no están sensibilizados en ideas suicidas. El 40 % de médicos de atención primaria desconocían los antecedentes suicidas de un fallecido y en salud mental todavía no preguntamos de manera rutinaria.