Paula Rotger en el aeropuerto de Palma. | Pere Bota

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El Juzgado de Instrucción número 9 de Palma ha suspendido este lunes el juicio que iba a celebrar contra Paula Rotger, la trabajadora del Aeropuerto de Palma que denunció a un guardia civil por discriminación lingüística, por un altercado en el aparcamiento con otro trabajador.

El Juzgado unirá esta causa a otra denuncia que ella misma presentó por los mismos hechos, una riña en la que acabó rota la ventanilla de su coche, en octubre de 2019.

Hasta ahora se habían tramitado procedimientos separados, con sendas denuncias cruzadas, en los que acusador y acusado se intercambiaban los papeles. Esta circunstancia provocaba que el denunciante tuviera que declarar como testigo por unos hechos por los que está investigado en otro sumario, donde no tiene obligación de declarar.

Por ello, se unificarán los procedimientos y si las respectivas acusaciones continúan adelante, ambos se sentarán como acusados en el mismo juicio. El hombre imputaba a Paula Rotger un delito de coacciones leves, mientras que la defensa de Rotger, que ejerce el letrado Josep de Luis, califica lo ocurrido como un delito de odio.

Rotger denunció ante la Policía Nacional que otro trabajador le había roto la cristalera de su vehículo «por hablar mal de España» cuando ella se encontraba dentro del coche. En su escrito, señalaba que estaba conversando por teléfono cuando un hombre joven le abordó insultándola. También relataba que su interlocutor le dijo «viva España, viva la Guardia Civil, soy hijo del cuerpo», y que hizo referencia a una pegatina de una bandera estelada que llevaba en el coche.

La mujer también señaló en su denuncia que el hombre les gritó a ella y a su acompañante: «Por culpa de gente como vosotros pasa lo que pasa en Cataluña». Según su versión, a continuación el hombre se dirigió a su propio vehículo, que estaba justo delante del de Rotger, y empezó a dar marcha atrás, por lo que ella y su amiga creyeron que su intención era impactar contra ellas.

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Siguiendo con este relato, por este motivo se dispusieron a sacar una fotografía, cuando el hombre salió de su coche, fue al de ellas y metió la mano por la ventanilla para intentar agarrar a la acompañante. Rotger señalaba en su denuncia que el hombre había ejercido fuerza sobre la ventanilla y la había roto, lo que habría provocado lesiones leves en las manos a una testigo, otra trabajadora que estaba en el lugar.

Por su parte, el interlocutor presentó otra denuncia el mismo día, en la que señalaba que había oído a Rotger proferir «insultos y agravios contra los españoles» tales como «los españoles son unos hijos de puta, no me dejarán en paz». También mencionaba que su coche exhibía una estelada. Señalaba que se sintió provocado, momento en el que la llamó «gilipollas» y entablaron una discusión en la que ella le habría llamado «españolito de mierda».

El hombre explicó a la Policía que se bajó otra mujer que empezó a grabarle con el móvil, y que le hizo caso omiso cuando le pidió que no lo hiciera. El denunciante aseguraba que las dos mujeres le seguían con su vehículo, y que en la barrera de salida se dio cuenta de que continuaban grabándole, por lo que se bajó del coche y se puso a la altura de la ventanilla para pedirles que dejaran de grabar.

Siguiendo con la versión del hombre, entonces puso las dos manos sobre el cristal y cuando se dio cuenta de que la cerraban, tuvo «un gesto instintivo» para protegerse empujando hacia abajo. Posteriormente, ante la patrulla que se personó, dijo que si el coche tuviera daños se haría cargo del coste de los mismos. El hombre también indicó que no quiso esperar más a denunciar los hechos porque supo quién era la mujer y porque el incidente ya estaba en la prensa.

En su denuncia, el hombre también matizó que no se había identificado como hijo de Guardia Civil y manifestó que temía que la denunciada utilizara los hechos «para sus fines políticos».

El nombre de Paula Rotger llegó a los medios después de que denunciara a un agente de la Guardia Civil asegurando que le había impedido el paso por hablar catalán. Contó que el guardia civil se «exaltó mucho» y que le dijo que «al agente de la autoridad se le habla español o no se entra». La denunciante subrayó que pasó el arco todas las veces que se le requirió y que no accedió a su zona hasta que se lo permitieron.

Aena le retiró la acreditación para acceder a su puesto de trabajo durante un mes. La Guardia Civil sostuvo que la mujer fue sancionada por incumplir las normas de seguridad aérea y saltarse un control de accesos en la instalación aeroportuaria.