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El Consell de Mallorca bajará un 11,8 % la tarifa de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) para 2020, con un precio de 111,2 euros por tonelada de esta tasa que abonan los ayuntamientos, ha anunciado este miércoles la vicepresidenta y consellera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Aurora Ribot.

Ribot ha explicado en una rueda de prensa que esa bajada de la tarifa es posible por la optimización de los procesos que permite «extraer la mayor cantidad posible de fracciones que se pueden valorar de la incineradora», lo que reduce la cantidad de basura que se quema.

«Quemar menos materia orgánica, hace que al final los balances energéticos de la incineradora sean mejores y eso nos permite obtener los máximos beneficios posibles», ha explicado.

El cálculo de la nueva tarifa se ha hecho previendo que entrará un 2,3 % menos de basura para incinerar, ha detallado la directora Insular de Residuos, Patricia Arbona. La estimación de RSU para 2020 es de unas 535.000 toneladas.

Además de bajar la tarifa de basuras, también baja un 3,6 % la de tratamiento de lodos de depuradora, de 91,69 euros por tonelada a 88,23 euros, según los precios actualizados por el departamento insular, que serán llevados para su aprobación al próximo pleno de la institución, el día 13.

La previsión de lodos que se generarán en 2020 es de unas 8.796 toneladas.
Sin embargo, la tarifa de los desperdicios orgánicos de animales (DOA), que básicamente abonan los mataderos y ganaderos que depositan animales muertos, ha subido un 28,4 %, con una tarifa de 35,73 euros por tonelada. Se prevé que se generen unas 3.000 toneladas de este tipo de residuo en 2020.

La consellera Ribot ha explicado que esta tarifa DOA tenía un precio especialmente bajo, y que el Consell ha decidido bonificarla en un 60 % para limitar esa subida al 28,4 %. «Nunca se había bonificado tanto y lo hacemos porque el sector que se beneficia es especialmente sensible a estas variaciones y por ello es prioritario que las tarifas sean lo más estables posibles», ha explicado Ribot.

La consellera ha asegurado que tener unas tarifas actualizadas es «imprescindible para tener una buena gestión» y ha añadido que esta actualización beneficiará la labor de los ayuntamientos, que son los que recogen los residuos, y del Consell, que es el que los trata.
Ribot ha indicado que es «una labor conjunta», que tiene por delante el reto de acabar de poner en marcha la recogida de la fracción orgánica y mejorar los porcentajes de recogida selectiva.

Ribot ha adelantado que, en la gestión de residuos, hay que acabar de poner en marcha la recogida de la fracción orgánica y mejorar los porcentajes de toda la recogida selectiva.

Sobre el hecho de que Palma haya anunciado un incremento de la recogida de materia orgánica, que será significativa en el conjunto de Mallorca, la consellera ha explicado que ya se ha puesto en marcha la fase 2 de metanización en Son Reus, «una nueva planta muy moderna de tratamiento de fracción orgánica», que podría asumirlo, y además el Consell prevé «crecer más allá» en este aspecto.

En cuanto al sistema de pago por retorno de envases que prevé la Ley de Residuos autonómica, Ribot ha dicho que el Plan Sectorial de Residuos No Peligrosos del Consell ya contemplaba esa posibilidad.

Ha añadido que considera el sistema «una buena opción para evitar el abandono de envases en el medio natural y para que haya un cambio de perspectiva» y que los envases «se dejen de considerar como un desperdicio y pasen a considerarse un recurso». «Es el cambio de chip que todos deberíamos hacer», ha añadido.

«Es una posibilidad que contemplaremos y que nos gustaría estudiar de qué manera puede ser más provechoso implantarlo en Mallorca», ha asegurado y ha recordado que el Govern está haciendo estudios para su implantación en Formentera.

La directora Insular de Residuos, Patricia Arbona, ha explicado que el cálculo de las tarifas se realiza teniendo en cuenta las toneladas gestionadas el año anterior, así como una previsión de las que se generarán que se estima en función de las tendencias marcadas en los últimos años.

En Mallorca, «la basura empieza a bajar», ya que hay una tendencia al alza en la generación por separado de materia orgánica y de envases y por eso el cálculo de la tarifa de 2020 prevé una entrada de un 2,3 % menos de basura