Las grabaciones se produjeron en 2016 durante una visita de Angélica Pastor a la redacción de este periódico.

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Los periodistas de Baleares, representados por el Sindicat de Periodistes de les Illes Balears (SPIB) y la Associació de Periodistes de les Illes Balears (APIP), han condenado este domingo las grabaciones ocultas realizadas a redactores de Ultima Hora en el año 2016 durante una visita de Angélica Pastor a la redacción de este diario para presentarse como regidora de la Policía e intercambiar sus primeras impresiones al asumir el cargo.

Ultima Hora ha informado este domingo de que las conversaciones privadas de la ahora exregidora de la Policía Local de Palma era grabadas al parecer por su equipo más próximo «para protegerla» ante posibles amenazas de policías corruptos del ‘caso Cursach’. Una de esas grabaciones tuvo lugar en la redacción de este diario en marzo de aquel año y después llegaron al exjefe del Grupo de Blanqueo de la Policía Nacional, que trabajaba con el juez Penalva y el fiscal Subirán. El escándalo se ha conocido después de que la Policía Judicial examinara el teléfono móvil de ese inspector y apareciera un audio de 2 horas y 11 minutos de duración, que recogía la llegada de Pastor a este diario, el encuentro informal con los periodistas y su marcha ya en el coche oficial.

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Desde el SPIB se ha condenado a través de las redes sociales la grabación a los periodistas de Ultima Hora sin autorización y ha denunciado «este intento de atacar el secreto profesional».

Por su parte, la APIP también se han sumado a la denuncia recordando que la grabación por parte del equipo de la exregidora de Seguridad Ciudadana de Palma «vulnera el secreto profesional». Por ello, han exigido una condena por parte del Ajuntament de Palma; su alcalde, José Hila, y Antoni Noguera, que poco después asumiría la alcaldía.

Al parecer, alguien del entorno más próximo de Pastor entregó el audio al por entonces jefe del Grupo de Blanqueo. Él, sus agentes y, sobre todo, el juez Penalva y el fiscal Subirán ya mantenían unas relaciones tensas con este diario por poner en duda las gravísimas acusaciones del ‘caso Cursach’.