Los participantes de uno de los últimos talleres de Cáritas Mallorca en 2019 con su formadora, a la derecha de la imagen, Margalida Maria Riutort.

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Entre un 60 y un 70 % de las personas que aprenden a ser voluntarios en Cáritas Mallorca son más jóvenes de lo habitual (entre 30 y 50 años) y están muy formadas, una novedad y todo «un reto» para la entidad, tal y como advierte Margalida Maria Riutort, responsable de formación de voluntariado.

Han visto desde periodistas a editores, dentistas, auxiliares de enfermería, economistas, funcionarios o gerentes de empresas públicas. «Son personas que recientemente han llegado a España procedentes de Centro o Sudamérica y que están acostumbradas a una sociedad participativa», explica Riutort. «Se muestran agradecidos por la acogida y quieren retornarlo. Además tienen tiempo mientras normalizan su situación y la voluntad es ayudar», añade.

Estos nuevos voluntarios «salen de su país que está en conflicto y buscan una situación más tranquila». Desde Cáritas se facilita su incorporación, un tarea sencilla pues aseguran que es gente acostumbrada a participar en la sociedad. «En aquellos países la comunidad sigue muy viva, aquí nos hemos vuelto más individualistas, nos cuesta más», señala la responsable de la formación.

El aprendizaje consiste en participar en unos talleres donde se definen la función y el compromiso que adquieren tanto Cáritas como los voluntarios, pero además «hay que tener capacidad de crítica y de denuncia», señala Toni Sastre, uno de los participantes en los planes de formación.

«Las personas queremos ser felices pero yo no puedo serlo mientras haya gente que lo pasa mal, tengo la necesidad de hacer algo», añade Francesc Artigues.

La formación es también un espacio de debate para una finalidad común, comprometerse de forma altruista a mejorar la sociedad ayudando a las personas pero, como todo, con unos derechos y unos deberes que ya han asumido los más de 900 voluntarios de la entidad.

Incorporación a la plantilla de Cáritas

Sólo en el año 2019 Cáritas Mallorca realizó cuatro formaciones diferentes y entrevistó a más de 90 personas. De éstos, la mitad hizo los talleres y alrededor del 75 % terminó incorporándose al equipo de voluntariado. Cabe destacar que durante las crisis económicas la demanda para ayudar de forma altruista crece, aunque deben dejar a gente fuera para no desestabilizar el proyecto.