Andreu Mayol atendiendo un caso en la sede de Càritas, en Mallorca | Pere Bota

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La mayor parte de los estudiantes de Derecho creen que solo se pueden hacer prácticas en despachos de abogados o administraciones. Pero una de las vías para hacer las horas obligatorias de prácticas es la Clínica Jurídica de la UIB.

Este modelo de formación fue implantado en 2012 como programa de prácticas externas de la Facultad de Derecho, y consiste en un espacio de formación teórica y práctica donde el alumno presta un servicio a la comunidad a través de una entidad solidaria. Algunas de ellas son Montisión Solidària, Creu Roja o Càritas.

En esta última se ofrece este servicio desde 2014 para los estudiantes, que tratan sobre todo temas de extranjería (suponen el 65 por ciento de las consultas). Bárbara Picornell es la coordinadora del programa de acción de base de la entidad, y explica que «en los despachos habitualmente no se encuentran determinadas situaciones, ya que en los bufetes cobran por trámite y aquí vemos situaciones excepcionales». Margalida Cortès, trabajadora social de la entidad, explica que, además, «unimos la parte de intervención social con lo legal, y todos aprendemos»

Los alumnos atienden casos reales, hacen entrevistas, resuelven dudas, interactúan con otras partes del proceso y trabajan dentro del equipo de la entidad colaboradora. Los estudiantes participantes no están solos, tienen abogados supervisores que van un par de veces a la semana para resolver dudas o acompañar al alumno en los casos más técnicos. En ocasiones los letrados que colaboran han pasado por la clínica como alumnos.

Ya han pasado 34 alumnos y todos acaban encantados. Andreu Mayol, estudiante de cuarto curso de Derecho y explica que «en la carrera no hemos dado nada de extranjería, y aquí puedes tratar cosas que en otros lugares no tocas». Una de las cosas que más valora es que «se ven diferentes perfiles, muchos en riesgo de exclusión social. Quién puede pagar un abogado no acude a Càritas». Además, todos lo tienen claro: lo recomendarían y, si pudieran, volverían.