Vista de la central térmica de Murterar. | Efe

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Ha llegado el día que quedará marcado en el calendario como el primer paso hacia la descarbonización de Baleares. Este lunes han dejado de funcionar los dos grupos más contaminantes de la central térmica de Es Murterar, en Alcúdia, que generan electricidad a través de la quema de carbón. Así se contempla en la Ley de Cambio Climático de las Islas aprobada la pasada legislatura y así se rubricó a principios de febrero en el Consolat de Mar en un encuentro en Govern, Gobierno y Endesa, propietaria de la central.

Baleares vive un gran hito en materia energética. Se trata del primer paso hacia la descarbonización de las Islas y el avance hacia la transición de energías limpias.

El objetivo final es que las Islas lleguen a 2050 libres de combustibles fósiles. Sin embargo, para que haya sido posible ha sido necesario el visto bueno del Gobierno central, que no se dio hasta que el PSOE llegó a la Moncloa. El anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy se mostró reticente a la medida. A principios de febrero de este año, Govern, Gobierno y Endesa, propietaria de la central, escenificaron el acuerdo en el Consolat.

El cierre parcial de la central térmica supone un cambio importante en el mapa energético de Baleares, ya que hasta el fecha el carbón se ha mantenido como la principal fuente de energía. De enero a noviembre de este año, prácticamente un tercio de la energía producida en las Islas provenía del carbón.

El carbón, mayoritario

El consumo de energía procedente del carbón en Baleares es todavía el mayoritario, aunque en los últimos 20 años se ha reducido en torno a un 40 %. En 2019 ha representado el 32,8 % de la producción eléctrica de las Islas, frente al 52,74 % del año 2010, según el estudio elaborado por el Institut d’Estadística de Balears a partir de los datos de Red Eléctrica. La energía que se consume en las Islas, en su gran mayoría se produce en Baleares, en las centrales propiedad de Endesa, mientras que Red Eléctrica es la compañía encargada de su transporte.

Desde principios de 2012, el sistema eléctrico balear recibe energía eléctrica procedente de la Península a través del cable. De ahí que, después del carbón, ya se sitúa el cable eléctrico, que aporta casi el 28 % de la energía eléctrica. La central de Es Murterar es la única que produce carbón y la que provee, por tanto, la mayor parte de la energía que se consume en Baleares. Algo que cambia hoy.

Uno de los principales motivos por los que el carbón ha sido la principal fuente energética de las Islas es su coste. Red Eléctrica es también quien elige el tipo de energía que proporciona, en base al mejor precio y a la mayor garantía de calidad. La eficiencia y la seguridad son los factores para elegir la energía, motivo por el cual el carbón es la mayor fuente, al ser la más económica.

Sin embargo, el cierre parcial de Es Murterar no supondrá un encarecimiento de la factura que abonan los consumidores. Si bien es cierto que eliminar los combustibles fósiles pasa por un crecimiento exponencial de la energía solar, según lo expuesto en la Ley de Cambio Climático balear. A la espera de que los nuevos parques fotovoltaicos entren en funcionamiento, las centrales de Son Reus y Cas Tresorer, que funcionan con ciclos combinados de gas natural, producirán más energía.

«Se reforzarán estas dos centrales y también tenemos el cable con la Península», manifestó el vicepresident y conseller de Transició Energètica, Juan Pedro Yllanes, quien quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía de que la garantía del suministro eléctrico «es absoluta». Además, calificó el cierre parcial de Es Murterar de «buena noticia para el medio ambiente», ya que se reducirán las emisiones de gases invernadero, mejorará la calidad del aire de Mallorca y se avanza en la disminución de la dependencia de Baleares de los combustibles fósiles. «Esta central tiene los días contados, como todas las que queman carbón», concluyó.

Hasta agosto de 2021, los grupos tres y cuatro de Es Murterar funcionarán un máximo de 1.500 horas anuales para después estar operativos hasta las 500 horas al año. Según avanzó el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, el pasado mes de febrero en el Consolat de Mar, se procederá al cierre total de la central una vez que entre en funcionamiento el segundo cable que se instalará entre las Islas y la Península, que ya está incluido en la planificación estatal para el quinquenio 2020-2025 y que puede ser una realidad en 2026 ó 2027.