Las repoblaciones de conejos en Mallorca se llevan a cabo en once fincas de la Islas a partir de los ejemplares del Centre Cinegètic. | COVIB

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El conejo ha sido catalogado por primera vez como especie en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Por ello, la organización conservacionista WWF ha pedido al Gobierno central que organice un grupo de trabajo que aborde esta situación. Como especie clave del ecosistema mediterráneo, WWF reclama que se redacte una estrategia ibérica de gestión y que se ponga en marcha un censo.

El director insular de Cooperació Local i Caça, Jaume Tomàs, explica que «las enfermedades, como la mixomatosis y la hemorragia vírica, han causado mortalidades del 95 % en la población de conejos en Mallorca, además de los efectos de los gatos asilvestrados en los últimos años».

En cualquier caso, Tomàs señala que «el Consell tiene en marcha desde hace cuatro años un programa de repoblación en el que participan once fincas de diferentes zonas de la Isla. Mediante este programa, el Centre Cinegètic del Consell de Mallorca en Capocorb, en el municipio de Llucmajor, aporta unos 200 conejos anuales para repoblaciones. En sí, el proyecto funciona bastante bien, pero resulta insuficiente ante la elevada mortalidad de los conejos. Con la declaración como especie en peligro, quedamos a la espera de directrices o instrucciones de la UE».

Todavía es pronto para saberlo, pero Tomàs no descarta que la UE plantee «medidas como prolongar las vedas o suspender la caza con escopeta, dejando la tradicional con cans eivissencs. Actualmente, la media veda se abre el 15 de junio con la caza con perros. El 15 de agosto se abre toda la veda, incluyendo la escopeta, hasta el 31 de diciembre, con los martes, jueves, sábados, domingos y festivos como días hábiles para la caza del conejo».

El director insular destaca que «la situación es preocupante. Hay zonas donde el conejo prácticamente ha desaparecido, con detecciones de un ejemplar por hectárea. Con estos datos, la recuperación natural es muy difícil. Si hay una pareja en dos hectáreas, es probable que ni siquiera se vean. En cambio, en otras zonas pueden verse dos docenas, lo que da una cierta tranquilidad».

El programa del Consell implica que propietarios y cazadores se comprometen a no capturar conejos en la zona repoblada durante un año o más, dependiendo de los casos.
Una propuesta de gestión de la especie consensuada a nivel estatal en 2016 entre ecologistas, campesinos y cazadores quedó paralizada y no llegó a debatirse entre las autonomías.