Imagen virtual de la futura fragata de la clase F-110. Se construirán cinco unidades por 4.500 millones.

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En los próximos años, la Armada Española contará con las fragatas tecnológicamente más avanzadas del mundo que se están ya diseñando en la empresa pública Navantia. Serán cinco fragatas de la clase F-110 que se construirán en Ferrol y que sustituirán a más tardar en 2026 a los buques de la clase Santa María.

Se guarda en secreto cómo serán técnicamente estos barcos de combate, si de disuasión o de ayuda humanitaria, sólo que serán buques ‘multimisión’. De momento solo se ha simulado su fisionomía; se desconocen sus pormenores, si bien tendrán un radar de banda-S que actualmente está desarrollando Indra junto con Lockheed.

Estas cinco nuevas fragatas, que se entregarán entre 2026 y 2031, costarán la friolera de 4.500 millones de euros (más los sobrecostes, que siempre aparecen en este tipo de ejecuciones). Serán bautizadas con los nombres de cinco grandes marinos de la Historia de España como Bonifaz, marinero castellano que fue capaz de plantar su nao frente a la mismísima Torre del Oro hispalense e incluso cortó las cadenas que cerraban el Guadalquivir, siendo clave su acción para la reconquista de Sevilla por las tropas de Fernando III el Santo. Otra de las fragatas llevará el nombre de Roger de Lauria, el célebre almirante que en el siglo XIII defendió en Sicilia los derechos de la Corona de Aragón; otras fragatas se llamarán ‘Menéndez de Avilés’, reconquistador de la Florida, o ‘Luis de Córdova’, el capitán general que tuvo mucho que ver con nuestro general Barceló, el ‘Capità Toni’, porque combatió con él en el asedio de Gibraltar de 1779. Y, precisamente, la última fragata en entregarse (2031, F-115) será la que lleve el nombre del teniente general palmesano Antonio Barceló (1717-1797), que además de ser el terror de los corsarios, revolucionó el jabeque, mejorándolo técnicamente.

Que Navantia elija el nombre del célebre ‘Capità Toni’ para una de sus fragatas de última generación es de justicia por dos motivos: por ser Barceló un gran estratega y, además, por su contribución técnica, gracias a la cual se mejoraron los barcos de la Armada española.

Barceló, por otra parte, protagoniza una de las salas del Museo Naval de Madrid. Allí se puede ver la espada del teniente general de la Armada, un retrato suyo y la recreación al óleo de uno de los jabeques que manejó con tanta destreza.