Sobre estas líneas, la presidenta Armengol frente a representantes de Més (diputados y un conseller) durante una pasada sesion del Parlament. Més busca marcar perfil propio. | M. À. Cañellas

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Més, que se constituyó formalmente en 2013, cierra este viernes una etapa y abre otra nueva eligiendo una nueva dirección con un coordinador único –teniente de alcalde y edil de Cultura de Palma– que evite que simplifique su mensaje político.

En cualquier caso, Més seguirá marcando su perfil frente a Podemos y el PSIB, con quienes gobierna en Baleares. Sus críticas iniciales al proyecto de Llei d’Educació –que este jueves centraron el debate político– coinciden con su distanciamiento del proyecto de Llei Educativa.

No es la primera vez que Més marca distancias con sus socios de gobierno. La posición de Més en este asunto es clara y no sorprende demasiado. Sus portavoces actuales (y en eso no habrá mucha diferencia con los nuevos) argumentan que el catalán debe ser lengua vehicular de la educación y entienden que, en ese punto, no puede haber marcha atrás. Corresponderá a la futura dirección definir hasta dónde llega el pulso y cómo se administra.

Incluso en el PSIB hay voces que consideran que, después de tantos años a la espera de una ley educativa (que ya se anunció para la pasada legislatura) no había motivos para presentarla sin acuerdo.

Socialistas y Podemos confían, sin embargo, en que el proceso se reconducirá. También lo cree así la presidenta Armengol que, este jueves, aludió a esta cuestión.

Armengol llamó a «no ponerse en posición de crítica» y abogó para que se adopte una actitud «de construcción, de participación y de propuesta de mejoras».

Aludiendo a las críticas de Més (centradas en el uso de la lengua), la presidenta dijo: «Es una ley educativa y no de lenguas, eso es lo importante».

Para el STEI, sindicato mayoritario en la enseñanza, «el anteproyecto pretende reducir el catalán a una mera asignatura, cuando debe ser un elemento de cohesión y vertebración, y ofrece algo que se asemeja al TIL».

Según el sindicato, «con este texto no se resuelven los problemas de los centros educativos y no se escucha a los profesores. Los sistemas de evaluación están mal planteados y se relega a los claustros a un papel secundario».

El STEI se muestra escéptico ante un documento que «no recoge cuál será su sistema de financiación» y no prevé gratuidad para la etapa de 0-3 años.

Artículo 122

La fricción linguística se centra en el artículo 122, que se refiere a las lenguas cooficiales, catalán y castellano, como vehiculares de la enseñanza. Por otra parte, la disposición adicional novena recoge la unificación del Decret de Mínims y del de Llengües Estrangeres «respetando sus principios». Las leyes educativas no establecen porcentajes de lenguas ni horas de materias, fijadas por decretos y reglamentos.