Imagen de archivo de una manifestación en Palma. | Pere Bota

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El Consell de Govern ha aprobado este viernes la declaración de emergencia climática en Baleares, una iniciativa que incluye «el compromiso» de desarrollar políticas «activas» y de planificar y ejecutar acciones en «los sectores social, económico y territorial».

En rueda de prensa, el vicepresidente del Govern y conseller de Transición Energética y Sectores Productivos, Juan Pedro Yllanes, ha dicho que todo el conjunto de la Administración estará «involucrado» y por esto todas las consellerias han hecho sus «aportaciones y sugerencias» para avanzar en esta «lucha» contra el cambio climático.

«No son medidas para que se apliquen de aquí a un mes, son medidas para que se vayan desarrollando durante toda la legislatura», ha insistido Yllanes, quien ha citado proyectos en desarrollo como el decreto sobre «huella de carbono», la potenciación de las energías renovables y el despliegue «rápido» de los preceptos contemplados en las leyes de residuos y contra el cambio climático.

También ha resaltado que el Govern se propone tener una «participación activa» en la Cumbre del Clima que se celebrará en Madrid del 2 al 13 de diciembre.

Yllanes ha señalado que, «salvo excepciones lamentables como la del presidente de EEUU», existen una corriente política muy mayoritaria que asume la advertencia de los científicos de que el planeta ha llegado a «un punto sin retorno» que requiere de acciones decididas para ralentizar el cambio del clima.

«Somos sensibles a esta situación, es nuestro deber», ha indicado el conseller y vicepresidente del Govern, para quien la «emergencia» es particularmente grave en las islas, porque «un territorio de la fragilidad de Baleares se encuentra especialmente en peligro».

La declaración, que no contempla un calendario de actuaciones ni la evaluación económica de las medidas que recoge, incluye propuestas como la de promover el uso de «combustibles alternativos» en el transporte marítimo y aéreo, la mejora de la eficiencia energética de las viviendas e «impulsar una política agrícola de proximidad y resiliente».

También se propone el Govern diversificar la agricultura, preservar los ecosistemas marinos ajustando la pesca a ese objetivo, «adaptar las infraestructuras turísticas al cambio climático» y «fomentar estrategias de economía circular».

En cuando al ámbito laboral, se plantea «establecer planes de transición justa para que los trabajadores de los sectores más afectados por el cambio climático puedan acceder a alternativas laborales».

El plan global del ejecutivo autonómico contempla igualmente incluir condiciones medioambientales en su política de contratación, fomentar la concienciación desde el ámbito educativo y potenciar la Formación Profesional ligada a las energías renovables, mitigar las consecuencias del cambio climático en los colectivos socialmente más vulnerables, preparar planes de emergencias para los cada vez más frecuentes fenómenos climáticos adversos y prevenir los efectos del calentamiento del planeta sobre la salud.