La Mesa Sectorial trató otras cuestiones y duró un total de tres horas, pero el control horario de los docentes acaparó la mitad de la reunión: hora y media. Como era de esperar, no hubo acuerdo y habrá que esperar a noviembre. | Pere Bota

TW
43

Ningún acuerdo entre la Conselleria d’Educació y los sindicatos en la reunión celebrada este martes de la Mesa Sectorial para tratar el control horario de los docentes, implantado en el presente curso.

No hay una ruptura definitiva, pues ambas partes han quedado emplazadas a nuevos encuentros durante el próximo noviembre, pero la Conselleria lo tiene claro: se puede discutir el tipo de control y resolver los problemas que hayan podido surgir durante estos primeros meses, pero el control horario no se va a quitar.

Los sindicatos fueron este martes unánimes en la exigencia de la retirada de la medida. Cosme Orell, del STEI, reflejó el rechazo de su organización al documento presentado por la Conselleria y recordó que en noviembre se desarrollará el reglamento del control. En cualquier caso, Orell es partidario de que «las decisiones al respecto recaigan en el claustro de profesores, pues afectan a sus condiciones laborales».

Felipe Pérez, de ANPE, opinó que «el control horario es innecesario, aumenta la burocracia y ha generado malestar e inquietud. Hemos recogido más de 2.000 firmas contra el control, lo que expresa una gran disconformidad. La medida es una cortina de humo para no hablar de otras cuestiones, como el incumplimiento del Acuerdo Marco».

Josep Palou, de la UOB, expresó su satisfacción «porque en julio nos quedamos solos contra el control horario y ahora hay unanimidad sindical. La Conselleria se empeña en seguir adelante, cuando los sistemas anteriores de los centros funcionaban bien. El 68 % del voto de las últimas elecciones sindicales ha llamado a la insumisión y a no fichar. La medida es injusta, innecesaria e inaplicable. La normativa estatal ya prevé que los docentes no fichen».

Miquel Àngel Santos, de Alternativa, señaló que «hemos pedido la retirada de la iniciativa, pues ha creado problemas que no existían en los centros. Si tiene que haber un sistema de control, queremos una seguridad jurídica y normativa». Maria Àngels Aguiló, de CCOO, destacó «el rechazo de los docentes al control», si bien espera que en noviembre «se pueda encontrar un punto de acuerdo. En cualquier caso, el control no mejora la labor docente y tenemos que hablar de cuestiones que sí mejorarían las condiciones laborales».

Por su parte, Tino Davia, de UGT, indicó que «pedimos al menos la suspensión del control, pues no hay una seguridad jurídica y, afectando a las condiciones laborales, la Conselleria lo ha impuesto con una instrucción».

Finalmente, el director general de Planificació, Antoni Morante, subrayó que «un 80 % de los equipos directivos de los centros educativos apoya la medida». Morante reconoció que «las posturas están muy diferenciadas, pero nadie cuestiona el control, sino la herramienta. Estamos en un período de pruebas y es verdad que hay problemas. Con la Mesa Sectorial de noviembre y su reunión técnica previa, esperamos resolver estos problemas y las pegas de los sindicatos, pero el control horario va a continuar, pues cuenta con el respaldo legal del Estatuto Básico del Empleado Público».