AENA dio a conocer este miércoles toda la programación de la temporada de invierno, de noviembre a finales de marzo, en el aeropuerto de Palma. La previsión es que se produzca un descenso en torno al 7 % en el movimiento de aviones, tras tres años de crecimientos progresivos. | Redacción Local

TW
9

El aeropuerto de Palma registrará una temporada de invierno, de finales octubre hasta principios de abril, inferior a la registrada en los últimos cuatro años en cuanto a movimiento de pasajeros y aviones, según datos de AENA.

Las aerolíneas han programado 6,4 millones de asientos, un 6,6 % por debajo del pasado invierno. Lo mismo sucede en el número de movimientos de aviones, que bajará como mínimo un 7 %, tras crecer en 2018 un 15,4 % y operarse 46.096 movimientos.

AENA indica que el tráfico con aeropuertos españoles tendrá un crecimiento del 0,7 %, con 3,6 millones de asientos. Esto supone más del 50 % de todo el tráfico programado, ya que hacia destinos internacionales el número de asientos planificado es de 2,8 millones.

El mayor movimiento de aviones durante este invierno será con origen y destino a Alemania en el tráfico internacional, de ahí que hoteleros y touroperadores coincidan en señalar que la decisión del Gobierno de Angela Merkel de dar un crédito puente de más de 350 millones de euros para salvar Condor, la filial de Thomas Cook Airlines, «ha salvado la temporada de invierno en las zonas turísticas de Mallorca, porque en caso contrario hubiera sido un auténtico desastre».

Desde AENA-Palma reconocen que sin Condor «las cifras estadísticas del aeropuerto durante toda la programación de invierno habrían registrado cifras negativas muy importantes en Son Sant Joan. Por suerte, la aerolínea operará hasta finales de la temporada de invierno».

Este invierno, pese a todo, será uno de los peores para los hoteleros de la Isla en cuanto a ocupación y rentabilidad empresarial. La quiebra de Thomas Cook, además, ha adelantado un mes el cierre de muchos establecimientos, lo cual incide en la cuenta de resultados de las empresas y en materia laboral.

Esta previsión de las aerolíneas hace prever que el inicio de la próxima temporada de verano aérea, que comienza a finales de marzo, no tenga incidencia positiva alguna a la hora de la toma de decisiones por parte de los hoteleros para abrir sus establecimientos:

«El inicio de la temporada se va a retrasar, porque los niveles de reservas son bajísimos en estos momentos respecto a las mismas fechas de 2018».