Sonia Vivas, con su libro entre las manos. | P. Pellicer

TW
56

Fue el fichaje estrella de Podemos en las elecciones municipales del pasado mayo y ahora es la concejala responsable del área de Justícia Social, Feminisme i LGTBI del Ajuntament de Palma. Policía local en excedencia, fue expedientada por denunciar la corrupción y acaba de publicar Vivas nos queremos. Manual de autodefensa feminista. Lo ha editado Planeta, de Penguin Random House, y se presenta el sábado 26 en la librería Rata Corner de Palma. Le acompaña la polémica y es posible que la publicación de este libro añada más polémica. Incluye una serie de historias vividas como policía cuando recogía denuncias de mujeres maltratadas y se completa en las redes sociales –en cierto modo nace de las redes– con vídeos en Youtube en que Sonia Vivas (Barcelona, 1978) muestra lo que llama «técnicas controvertidas de autodefensa». Explica en su manual cómo defenderse con las manos, con los puños, con los pies y, también, con objetos cotidianos como un bolígrafo.

—¿Por qué «controvertidas»?
— De alguna manera, la sociedad entiende que no debemos defendernos y, por otra, nos dicen que si no hacemos nada es que estamos disfrutando. Yo enseño a defendernos.

—Pero también incluye la siguiente frase: «Correr es el acto más valiente y responsable que existe».
— Es que las técnicas que yo enseño a las mujeres no son para ganar físicamente al agresor. Lo que yo propongo ante un ataque es golpear y salir corriendo. Golpes contundentes para intentar ganar tiempo y huir. En el libro les digo a las mujeres que corran y no miren atrás, que no hagan como en las películas, en mirar atrás mientras corren. Que no pierdan ni un segundo.

—¿Golpear no puede perjudicar?
— La defensa propia es un atenuante en el Código Penal. Tenemos que tomar conciencia de que defendernos es un derecho.

—¿Los planes de las instituciones deberían incorporar la autodefensa de las mujeres?

—Desde el Ajuntament ya estoy organizando talleres de autodefensa.

—En 1992 la ministra socialista Matilde Fernández subvencionó a una asociación de autodefensa feminista, Las Walkirias, y se lió.
— Siempre habrá quien esté en contra pero es imprescindible.

—La violencia hacia las mujeres ha aumentado.
— Hemos avanzado poco. Ahora las violaciones son en grupo. Hay muchas ‘manadas’.

—¿Por qué retrocedemos en vez de avanzar?, ¿tiene una explicación?

—No estamos llegando al corazón, es decir a las escuelas, que es donde los hombres y las mujeres del futuro se educarán en igualdad. Los hombres tienen que implicarse. Tienen que darse cuenta de que el patriarcado también les hace daño a ellos.

—¿Estamos ante una nueva forma de terrorismo?
— Sí. Es un terrorismo sistemático y sistémico, orquestado y con un sistema de creencias que lo apoyan. Es cierto que no estamos ante una banda organizada que pone bombas, pero los efectos del terrorismo contra las mujeres, y le hablo desde la experiencia de haber conocido muchos casos, tiene los efectos de una guerra. Hay muchos hombres que piensan que las mujeres son suyas.

—Lo suyo tiene formato de libro pero es como un muro de las redes, incluso en el lenguaje.
— Es que nace de las redes sociales. Se creó un gran revuelo por lo que escribía y denunciaba. Muchos policías y guardias civiles me escribieron para contar sus experiencias a las hora de recoger denuncias. Y también hijos de maltratadores. Fui recogiendo mucha información.

—¿Y cómo se convierte en libro?, ¿cómo llega su historia a Planeta?
— Me llamaron y me propusieron hacer este proyecto literario juntos. Vieron lo que hacía, hablamos por Skype y me dijeron que adelante. Soy muy metódica en mi trabajo. Lo escribí en cuatro meses.

—¿A quién va dirigido?
— A todo el mundo, aunque sobre todo a las mujeres. Pero también a los hombres. Los necesitamos en esta lucha.

—Usted es concejala. ¿Se puede cambiar la realidad desde las instituciones?
— Claro que sí. Siempre y cuando no pierdas de vista la calle. Los movimientos sociales tienen que marcarte el camino y tú seguirlo. Es lo que ha sucedido con el feminismo, que ha puesto en marcha una revolución que ya no tiene freno.

—Me consta que el PSIB quería llevar el área de Igualdad de Cort.
— Ja, ja, creo que lo que no querían era que yo estuviera al frente.

—¿Por qué no está usted al frente de la policía local?
— Si Podemos hubiera sido el partido más votado y tuviera siete regidores habría tenido un colchón detrás para intentarlo. Pero estoy muy cómoda en el área que llevó, que se ocupa de la igualdad y la justicia social. Y tengo una relación extraordinaria con la regidora de Policía.

—¿La política está en manos de los hombres?
— La toma de decisiones sigue en manos de los hombres. Si las mujeres tuviéramos más representatividad, sin duda que sería un gran avance.