Marianne Pons vive en una casa con ruidos constantes y solo pide una solución acústica. | Pilar Pellicer

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Ruidos de motor, frenazos constantes, luces reflejándose en el espejo, vecinos que te saludan desde la carretera... Esto es lo que tiene que soportar a diario la familia de Marianne Pons, una vecina de la zona de Son Ferriol que tiene la carretera de Manacor a escasos metros de su finca y por donde el Consell de Mallorca no ha instalado pantallas antirruido.

«Hace unos cinco años nos expropiaron parte de los terrenos de la finca para hacer la actual carretera de Manacor y como iban a elevar la carretera, yo ya avisé que esto supondría más ruido», asegura Pons.

Al principio parecía que iban a escuchar sus peticiones, ya que un técnico incluso les preguntó sobre el color de pantalla que querían. «Empezaron a instalarlas y se quedaron a medias; las pusieron sólo hasta donde empieza la vivienda. La zona que más falta me hacía está sin nada», asegura Pons. Además, al ser una bajada a la autopista los coches tienden a acelerar, por lo que el ruido aumenta.

La mujer, que tiene dos niños pequeños, explica que «hace poco pasó una moto y mi hijo de cuatro años se tapó las orejas. Ahí decidí que esto tenía que cambiar».

Las horas punta, sobre todo por la tarde, son un constante ir y venir de vehículos y las noches de los fines de semana también se nota más movimiento. Pons explica que tanto ella como su familia han llegado a despertar en medio de la noche por «un frenazo de un coche, la música alta y las ventanas abiertas de alguien que se va de fiesta...». Además, algunos conocidos les han asegurado que pueden verles desde la carretera.

Marianne Pons solo pide «que se instalen de una vez las pantallas, que es un derecho que tenemos adquirido». Según cuenta esta afectada, desde el Consell le dicen que la partida económica está autorizada, pero ha pasado un año desde esta comunicación y aún sigue aguantando y sin soluciones.