Tres de los hijos de Ruiz-Mateos, conducidos este lunes en la Audiencia Provincial. | Pere Bota

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Los seis hijos del empresario José María Ruiz-Mateos están en prisión por estafar a una familia de hoteleros mallorquines. Este lunes, los seis volvieron a sentarse en el banquillo de la Audiencia Provincial por estafar a otro grupo mallorquín. Aunque afrontan una petición de prisión de seis años de cárcel por unos hechos casi iguales a los que les costaron dos años y medio plantean la misma defensa encarnizada.

En la primera jornada del juicio, su abogado, Juan Manuel García-Gallardo Gil-Fournier, volvió a intentar recusar al tribunal, por «falta de imparcialidad», se enfrentó con el magistrado presidente, «todo son presunciones en contra de los acusados» y reclamó una nulidad generalizada de pruebas. La batería de cuestiones previas al juicio hizo que en la primera sesión fuera imposible por tiempo que declararan los siete acusados: Zoilo, Alfonso, Pablo, Javier, José María y Álvaro Ruiz-Mateos Rivero, además de su primo Zoilo Pazos. Un octavo acusado, un testaferro suizo de la familia, no compareció en el juicio, fue puesto en busca y captura y declarado en rebeldía.

La situación de los Ruiz-Mateos es complicada: además de este proceso en Palma tienen pendiente el juicio en la Audiencia Nacional por el ‘caso Nueva Rumasa’ en el que se le reclaman 16 años de prisión a cada uno de ellos por la comercialización de participaciones del conglomerado cuando ya estaba prácticamente en quiebra. Los seis hijos se encuentran ahora en la prisión de Palma. Este lunes les acompañaron las mujeres de dos de ellos, con un rosario en la mano.

La primera petición fue recusar al tribunal porque ya resolvió un recurso durante la instrucción. Hace unas semanas ya se denegó esa petición. El abogado la reiteró. Entre sus argumentos: que la Sala ya conocía que los hermanos habían sido condenados en Palma: «¿Cómo lo sabe?», clamó indignado. El fiscal, Juan Carrau, terció para explicar que cómo no iba a saberlo, si han tenido que citar en la cárcel a los acusados. El presidente del tribunal, Diego Gómez-Reino, acusó de «mala fe» a la parte por plantear la petición apenas dos semanas antes del juicio.

Los seis hijos están acusados de participar junto a su padre en la compra del hotel Euro Calas en el año 2006 por 24 millones de euros. Dejaron a pagar 13 de esta cantidad. Según las acusaciones, fingieron una solvencia que no tenían y emplearon los activos para hipotecarlos y obtener liquidez.