Víctor García y Sergi Romaguera rematan el barco. | Teresa Ayuga

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Utilizar herramientas de carpintería, geometría, hacer nudos marineros... Son sólo algunas de las tareas que han aprendido un grupo de alumnos de Aula Balear, que este verano han dedicado unas semanas a crear un pequeño barco velero con maderas y botellas recicladas, como manera de fomentar el aprendizaje experimental.

Víctor García, el maestro e ideólogo, explica que «en Aula Balear hacemos un proyecto para aprender diferentes contenidos a través del juego de rol, y hubo un grupo de alumnos que hicieron un proyecto propio y como premio por la iniciativa decidimos crear este modelo de barco.

Tras una semana recogiendo maderas y garrafas de la basura como materia prima, los alumnos manejaron las herramientas para coger destreza y posteriormente elaboraron bocetos sobre como sería el barco.

García apuntó que «es un proyecto que, si lo hicieramos en un colegio durante un año, sería muy chulo. Nosotros hemos utilizado este modelo para explicar un montón de principios físicos, densidades, fuerzas, volumen... También aprendimos nudos marineros y mientras atábamos las botellas tocamos curiosidades de Arquímedes, historia de los navegantes, vikingos».

El joven sostiene que «en la escuela tradicional pasamos un montón de tiempo memorizando cosas que no nos interesan en exceso ni nos son útiles y se olvidan superfácilemente, pero si le ponemos un reto a los chavales son capaces de estar ocho horas haciendo un proyecto. Estaban muy motivados».

Una de las alumnas, Clara Pomar, aseguró que a la hora de diseñar la estructura querían «algo que no fuera muy grande para transportarlo, pero estable». Participó en este proyecto «para divertirse y para aprender diferentes cosas. Estoy muy contenta», finalizó.