La mitad de los pacientes de la UCI de Son Espases los meses de julio y agosto son extranjeros con una tipología de traumas que son más comunes en Baleares que en el resto del Estado. | A. Busquets

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Baleares recibió el año pasado a más de 16 millones de turistas y, muchos de ellos, se vieron obligados a pasar por la sanidad pública durante su estancia en el Archipiélago. Sin embargo son personas que no tienen derecho a recurrir a la Seguridad Social y para ser atendidos deben tener o bien un seguro privado, o la tarjeta sanitaria europea que financia la asistencia de urgencia. Solo en el año 2018 IB-Salut facturó 31.730.000 euros a turistas de la comunidad europea, una cifra que supone un incremento de cinco millones respecto al año anterior en el que se recaudaron, por este mismo concepto, 26.620.749 euros.

El cobro a turistas comunitarios se incluye dentro del concepto de facturación a terceros que también engloba a las compañías de seguros, mutuas laborales, seguros deportivos o accidentes de tráfico y que el año pasado supuso un beneficio total de 51 millones de euros. Una cifra que también va en aumento y si bien creció un 16 % respecto a los 43,9 millones del ejercicio anterior, se estima que volverá a subir.

La previsión de cierre para 2019 es de 56 millones de euros, lo que encaja con el plan de ajuste económico que Hisenda anunció hace poco para los presupuestos de 2020 y que pedía ser más efectivos para incrementar los ingresos.

Dónde va el dinero

Sin embargo, este beneficio no pasa automáticamente al Govern. «El dinero va al fondo de compensación y hay que restarle los importes de residentes baleares que han sido atendidos en otros países de la Unión Europea o bien en otras comunidades. También se descuentan las facturas de convenios con otros hospitales de referencia del Estado que nos dan servicio por ejemplo en los trasplantes de órganos», explica Manuel Palomino, secretario general del Servei de Salut.

De hecho, el Govern acaba de recibir la liquidación de la partida recaudada el año 2017 hasta junio de 2018 que ha quedado con un saldo positivo de 40.471.616 euros. Así que «el bulo de que el dinero de facturación a terceros no se queda en Balears no es cierto, lo que pasa es que la cuenta es complicada», añade Palomino. La partida económica va a parar a la Conselleria d’Hisenda, por lo que no revierte directamente en sanidad, aunque esta cartera es la que tiene la mayor partida presupuestaria del Govern.

Los ajustes de ingresos han sido posibles ya que «tenemos a cinco personas pendientes de la facturación de todos los hospitales, revisado las tarifas, mejorado los circuitos y cada vez más profesionalizados», añade Palomino.

A pesar de que las Urgencias de los centros de salud realizan más actividad, la facturación a turistas es menor, ya que los importes más significativos son por pacientes de trauma entre los que se engloban accidentes, balconing, o zambullidas, entre otros. Son Espases factura el 40 % del gasto total. De los 57.590 casos del año pasado, 16.555 procedían de Reino Unido, 13.200 de Alemania y 11.293 de Italia.