De izquierda a derecha, los hermanos Jouihri: Fátima Azahra, Omayma, Farouk, Rayhana (de siete años), Sara y el cabeza de familia, Youssef Jouihri, dispuestos a comer cordero en el segundo día festivo. | Pilar Pellicer

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«A nivel de administración hay que agradecer la ayuda y las facilidades que nos dan en Baleares para celebrar la Fiesta del Cordero, lo que falta es que vengan a verla la presidenta del Govern o el alcalde de Palma», sugiere Youssef Jouihri, presidente de la asociación Unió de Marroquins de les Illes Balears.

Este lunes celebró en familia el segundo día de la Fiesta del Cordero que dura hasta cuatro jornadas. Lo hizo rodeado de los suyos, en su casa de Palma, porque ir a la Meca «sale muy caro», asegura. «Desde Mallorca podría costarnos más de cinco mil euros y para un musulmán es un abuso. Las agencias se aprovechan porque saben que ir hasta allí es un sueño además de uno de los cinco pilares del islam», se queja. La comunidad musulmana de Mallorca supera las 50 mil personas.

La Fiesta del Cordero tiene lugar el décimo día del mes del calendario musulmán y forma parte de la fiesta de peregrinación a la Meca, que debe realizarse por lo menos una vez en la vida. La comida, como en el Ramadán, es parte importante de la celebración.

El cordero al que cada familia debe sacrificar o bien adquirir en el matadero donde garantizan las condiciones religiosas, debe ser un animal sano, de más de cinco meses. «Si no tienen también pueden comer carne de camello o de toro o vaca pero para un máximo de siete personas», explica Jouihri.

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El primer día, tras la oración que se hizo el domigno en Son Moix, suele cocinarse en forma de pinchos. «Los cuadrados de hígado se revisten de saïm y se cocinan a la barbacoa, después añadimos especias». Una parte del cordero se regala a las familias más pobres.

«El islam promueve la ayuda a la gente sin recursos. Estos días se recuerda que hay que tratar bien a los padres y vecinos, visitar a los familiares, que hay que saber perdonar... y seguir la palabra del profeta», añade.

En el segundo día festivo la carne se come cocida. Por un lado, en una olla se hierve la verdura y en otra superior se coloca la carne. El método de cocción, aseguran, elimina la grasa y es más sano. Frente a las horas de calor acompañan la comida con té verde y de hierbabuena tibio. «Es digestivo y ayuda a pasar el verano», aseguran. «Si no te ponen té, no es un verdadero marroquí», sonríe Youseff Jouihri.

Los dulces se guardan para el postre, en su casa son caseros pero los hay que los compran en tiendas especializadas. Hoy es la tercera jornada de la también conocida como fiesta del Eid al Adha. En esta casa de mallorquines de origen marroquí comerán kalia, carne de cordero cortada en pequeños trozos y cocido con verduras.