Joan Mesquida, recién afiliado a Ciudadanos, fue uno de los que intervino en la cena. | Pere Bota

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La cena de verano con la presencia de Joan Mesquida posibilitó este viernes la firma de un tregua momentánea entre los dos sectores enfrentados de Ciudadanos. El sector crítico de la formación, que amenazó con no acudir a la convocatoria, asistió finalmente al encuentro en una muestra de la disposición de este sector a intentar calmar los ánimos.

La cena de verano fue idea del propio Mesquida y pretendía volver a reunir a los militantes tras las intensas campañas electorales de los pasados meses. Sin embargo, por un error de coordinación, parte de la cúpula entendió que el acto era solo para cargos públicos y no para la militancia.

Una vez que quedó claro que la convocatoria era abierta, los críticos también decidieron acudir. «Estamos por unir», aseguró uno de sus representantes antes del encuentro, si bien precisó que es fundamental que la formación vuelva a poner rumbo a lo que era una alternativa de centro. En cualquier caso, a la cena no acudieron dos destacados militantes de la formación, Xavier Pericay y Olga Ballester, que han dimitido de sus cargos orgánicos por discrepancias con la actual dirección.

La cena convocada ayer era un acto interno, por lo que no se autorizó la presencian de la prensa, que no pudo escuchar las palabras de los intervinientes. Fuentes de la dirección explicaron que en las intervenciones no se abordó la crisis en la que está sumida la formación, sino que los portavoces institucionales del partido explicaron cómo ha sido el arranque de la legislatura.

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Las intervenciones

Beatriz Camiña explicó las circunstancias de arranque de la legislatura en el Consell y mostró su disposición a tender la mano para grandes pactos sociales, aunque recalcó que la institución se ha hecho una «enmienda a la totalidad» a sí misma ya que no repite ninguno de los anteriores responsables ejecutivos de la institución.

Marc Pérez-Ribas habló de la situación en el Parlament y de la ampliación de cargos en las administraciones públicas y Mesquida se refirió a la situación que se ha vivido esta semana en el Congreso de los Diputados, con la fallida investidura a Pedro Sánchez.

A pesar de la tregua concedida en esta cena de verano, el sector crítico mantiene la convocatoria de la «frikicena» para el martes. Es una manera de expresar su malestar con la secretaria de organización del partido, Joana Capó, que en unas declaraciones internas calificó de «frikis» a los militantes. Poco después, disolvió la Junta de Palma por «pérdida de confianza».