Turistas y residentes en la calle Sant Miquel, este lunes por la mañana. | M. À. Cañellas

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Transitar por el centro de Palma este lunes por la mañana era casi una misión imposible, aunque no algo nuevo. Se repitió una escena que en los últimos veranos se ha convertido en habitual cuando confluyen varias circunstancias: era un día laboral de temporada alta, nublado y con cuatro cruceros amarrados en el puerto de la ciudad. El resultado fue esa sensación de agobio que los ciudadanos de las Islas ya conocen, y que ha desencadenado movimientos ciudadanos en contra de la masificación.

Si bien es cierto que estas plataformas han puesto su foco en la llegada de cruceros, estos turistas no son los únicos que ‘llenan’ las calles de la ciudad. Este lunes, hasta cuatro párkings del centro de Palma colgaron el cartel de completo. Esto se debe a que muchos turistas alojados en otros puntos de la Isla se desplazaron a la ciudad, lo que ocurre en días nublados como el de este lunes, en los que los visitantes no van a la playa y dedican el tiempo a comprar y curiosear por Palma.

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Si las últimas estadísticas indican un descenso de reservas hoteleras en comparación a 2018, este lunes nadie lo diría.