Localización de los pasos de fauna propuestos.

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El trabajo de fin de grado en Geografía de Rafel Rosselló en la UIB, titulado Fragmentación de hábitats protegidos por infraestructuras viarias de transporte en Mallorca, propone la creación de 9 pasos de fauna en la Isla, unas estructuras transversales a las carreteras que permiten la movilidad de las especies entre un lado y otro de las vías. En Mallorca no existe ninguna. No se deben confundir con los elementos viarios para dejar pasar cursos de agua bajo las carreteras.

El trabajo de Rosselló ha obtenido el primer premio de la Agenda 2030 per a la Transformació Social i el Desenvolupament Sostenible, en la categoría de fin de grado.

Los nueve pasos que propone Rosselló se concentran en la mitad sur de la Serra de Tramuntana y en la zona de Pollença-Alcúdia (incluida s’Albufera). Concretamente, se ubican en los municipios de Puigpunyent, Banyalbufar, Deià, Bunyola (3), Pollença y Alcúdia (2).

Rosselló explica que «quise que mi trabajo de fin de grado tuviera una aplicación técnica ante los impactos de las carreteras en los espacios naturales protegidos de la Xarxa Natura: Llocs d’Interès Comunitari (LIC) y Zones d’Especial Protecció per a les Aus (ZEPA). En este sentido, mi objetivo era comprobar la afectación de las carreteras sobre la vida de las especies, sobre todo en los invertebrados terrestres».

La investigación de Rosselló refleja que «la media de vehículos que circulan en un espacio natural protegido o a menos de 300 metros de su área es de 5.500 al día, con puntas de 12.000 en la zona de Artà-Capdepera próxima al Parc Natural de Llevant y registros de más de 8.000 en la Serra de Tramuntana. Sin embargo, la zona de mayor impacto en un espacio natural protegido en concreto sería la de s’Albufera».

El geógrafo destaca que las carreteras tienen un efecto sobre la dispersión de las especies y, como ya es conocido, de mortalidad de ejemplares por atropello. Pese a estos efectos, «hay pocos precedentes de estudios de fragmentación de hábitats y de mortalidad de animales en carreteras. Y no sólo hay consecuencias sobre el desplazamiento de los vertebrados terrestres, sino también sobre la nidificación de las aves. La fragmentación perjudica a las especies endémicas, que necesitan un hábitat específico y que es más frágil, y beneficia a las invasoras, que se sienten más cómodas a la hora de asentarse en espacios modificados».

A partir de este trabajo, Rafel Rosselló considera que «los pasos de fauna deberían estar incluidos en las declaraciones de impacto ambiental de los proyectos viarios, de tal manera que, en determinados puntos, por su biodiversidad y por el índice de atropellos, se estableciera la habilitación de estas infraestructuras para permeabilizar las carreteras y permitir el desplazamiento de animales. Hasta ahora no ha sido una prioridad, pero, en ecosistemas insulares, especialmente frágiles, cualquier pequeño cambio supone una grave alteración. Ello supondía un trabajo multidiscplinar, desde biólogos hasta ingenieros de caminos».

Un corredor

El estudio de Rosselló detecta en los LIC Puig de Galatzó, Fita del Ram y Port des Canonge una zona óptima para la implantación de un corredor ecológico que los una, entendido como un área de conexión entre diferentes espacios naturales. Se trata de tres pequeños LIC desconectados entre sí y el corredor favorecería la dispersión y el asentamiento de especies. Así, se conectarían ecológicamente los tres LIC, beneficiando a especies como la tortuga mora, la liebre, el sapo, el erizo balear, la marta, el ‘ferreret’ o la jineta.