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El pasado año se consumieron en Baleares 654.353,56 toneladas de carburantes para vehículos, esto es, gasóleo A y gasolina 95 y 98. Supone un descenso de más de 5.000 toneladas respecto del año anterior, cuando se alcanzó un máximo, y después de cuatro años de incrementos consecutivos. Así se desprende de la estadística de Cores, la entidad española responsable del mantenimiento de las existencias estratégicas de productos petrolíferos y del control de las existencias de la industria de productos petrolíferos y gas natural.

El total de consumo de carburantes del pasado año en las Islas se situó incluso ligeramente por debajo de la cifra de 2008, como se aprecia en el gráfico adjunto, pese a que el parque móvil era superior, según los datos del Institut Balear d’Estadística (Ibestat). Hay que recordar que el 2008 todavía era un año de expansión económica con el sector de la construcción en pleno auge.

A partir de entonces, el consumo de carburantes empezó a descender debido a la situación de recesión y no fue hasta el 2014 cuando volvió a incrementarse hasta alcanzar máximos el año 2017, cuando se consumieron casi 661.000 toneladas. «Fue un año excepcional, no hay que olvidar que las Islas recibieron muchos turistas prestados debido a los conflictos geopolíticos de los destinos competidores», manifestó el presidente de la Federación de Estaciones de Servicios de las Islas, Jesús Salas.

Este descenso registrado el pasado año se debe, por tanto, a la normalización turística, así como al hecho de que los visitantes alquilan vehículos por un menor período de tiempo, indicó Salas. «Hay que tener en cuenta también que el turismo de cruceros apenas usa vehículos», añadió, al tiempo que indicó que este descenso se debe a diferentes causísticas relacionadas con los cambios de hábitos turísticos.

Si bien es cierto que el parque móvil de las Islas no ha parado de crecer en los últimos años y ya supera el millón de vehículos, esto no se traduce en mayor consumo de carburantes, según los datos de Cores. En cualquier caso, lo que sí es cierto es que este consumo se dispara en los meses de verano. En agosto se llega a duplicar en comparación con enero del mismo año. Así, en agosto del pasado año se consumieron 80.416 toneladas de carburantes, muy por encima de los poco menos de 40.000 de enero del mismo ejercicio.