Nau Escola es una escuela basada en una metodología activa, democrática, participativa y flexible.

TW

En esta escuela de Mallorca no hay deberes. Tampoco hay notas. Lo más parecido son unos extensos y cuidados informes en los que explican la historia de cada uno de los niños. Redactado con mimo, con imágenes de apoyo y teniendo en cuenta la parte académica, personal y emocional de cada alumno, según el paradigma de las inteligencias múltiples de Gardner. Es Nau Escola, un centro de educación infantil y primaria en Palma, homologado por la Conselleria d’Educació i Cultura de les Illes Balears, en el que la importancia reside en ofrecer una educación totalmente respetuosa en cuanto al acompañamiento emocional hacia el niño y sus familias.

En Nau Escola usan metodologías activas, creativas, participativas y flexibles. Un hecho diferenciador, el de la pedagogía activa, que se aleja del sistema educativo tradicional y que pone en valor las emociones y los diferentes ritmos de aprendizaje de cada una de los niños. «Pensamos que el cambio está en el papel del adulto, el profesor debe acompañar al niño en sus procesos de aprendizaje. Hay que mirarlos como los seres humanos que son, en pleno proceso de desarrollo, a los que hay que respetar y tener muy presente el acompañamiento emocional», explica Katia Martorell, directora de Nau Escola.

Esta educación personalizada es posible gracias a la baja ratio por clase que no superan los diez alumnos por maestro, lo que posibilita un acompañamiento adecuado que permite cubrir las principales necesidades básicas de los niños como sentirse querido, protegido y reconocido. «Los grupos tan pequeños permiten conocer mucho a cada niño», asegura Martorell. En Nau se tienen en cuenta las experiencias, el contexto, el sistema familiar de cada alumno. Estos valores, alejados de los colegios tradicionales, permiten que los profesores les acompañen el crecimiento y en los procesos de aprendizaje de los pequeños, facilitándoles herramientas para llegar a convertirse en adultos autónomos, capaces de decidir, de pensar, de dialogar, de crear, de cuidarse y de cuidar.

«El equipo docente hace un acompañamiento emocional muy cercano y cuidado. Establecen unos vínculos muy sanos con cada niño. Es fundamental que el profesor no sea sólo el que transmite ciertos conocimientos, sino quien tiene una relación de proximidad y estable con cada niño y niña», señala Gisela Colell, maestra y especialista en educación en varios proyectos de educación alternativa.

Nau bebe de la corriente de la Escuela Viva. Es decir, se trata de cómo aprender a través de las vivencias. «Tanto en Educación Infantil como en Primaria, el aprendizaje se produce a través del juego y de sus propios intereses. Los niños y niñas disponen de diferentes materiales a su alcance para entender las cosas y experimentar, y solo una vez comprendido pasamos a la explicación abstracta. Es importante que vean la utilidad en su día a día de todo lo que aprenden», cuenta la directora del centro educativo.

Por la mañana no hay prisas. En esta escuela alternativa de Palma no suena el timbre a las nueve en punto. Los alumnos entran relajadamente y se reúnen con los docentes en asamblea. Según Martorell, «hablar permite un acompañamiento muy emocional que conecta con el ser humano y con la capacidad de aprender que todos tenemos». Durante la jornada los niños exploran de forma autónoma en ambientes preparados, y tienen acceso a diferentes talleres y propuestas. Con esta estructura se trabajan igualmente los objetivos marcados en el currículo en cuanto a conocimientos, procedimientos, valores y competencias, pero siempre respetando los diferentes ritmos, las vivencias y experiencias de los pequeños así como sus emociones y sentimientos.

«Se aprende a través de las emociones, cuando se te queda algo es porque lo has vivido. Si la experiencia es buena, todavía la recuerdas más», apunta la profesora. En Nau saben que cada persona es diferente y que la diversidad es un valor. Por tanto, siguiendo la teoría sobre las inteligencias múltiples de Howard Gardner, apuesta porque cada uno de los alumnos «pueda dedicar su tiempo a aquellas actividades que le motiven y que le hagan avanzar en sus aprendizajes».

La escuela es una extensión de casa. Un sitio en el que los niños se sienten cómodos y se muestran con predisposición para aprender. «En Nau hay una estructura muy clara en cada espacio. Lo que más me sorprendió es que esto ayudaba a los niños y profesores en su bienestar. Vi niños muy predispuestos a aprender, mucha energía y paz. No había estrés y había mucha comunicación entre los niños y los adultos», explica Colell, asesora de escuelas alternativas.

Para el equipo de Nau Escola, esta forma de entender la educación va más allá del horario lectivo, por eso ofrecen otros servicios como el matinal, acompañamiento de comedor, actividades extraescolares y escuela de verano.

Investigar, tocar, oler, escuchar, pensar, charlar, crear y sentir. Una escuela centrada en las personas y en las emociones. Hacer, para así aprender.