Los militares del portaaviones ‘USS Abraham Lincoln’ se desplazan a Magaluf y a Palma en autobuses. | M. À. Cañellas

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La llegada al puerto de Palma del portaaviones norteamericano USS Abraham Lincoln ya ha comenzado a notarse en todos los sectores productivos de Mallorca, pero de una manera más directa en Palma. Restauración, comercio, oferta complementaria y tiendas de moda se están viendo beneficiados de una clientela cuyo gasto diario supera los 200 euros de media.

Las cerca de 6.000 personas que componen su tripulación estarán de visita cuatro días en Mallorca y, como ya ha sucedido en anteriores ocasiones, el gasto global que realicen será cuantioso. En esta visita fuentes militares y turísticas lo cifran en más de seis millones de euros.

Esta circunstancia, según las grandes superficies y empresarios de restauración, comercio y del transporte «hace que las ventas se incrementen un 20 % en todos los sectores productivos, de ahí que es de resaltar el impacto económico que este tipo de buques generan en Mallorca».

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El consignatario Lantimar ha sido el encargado de preparar toda la logística del buque en cuanto a aprovisionamiento, contrato de golondrinas, autobuses, taxis y reservas en hoteles y alquiler de viviendas. El negocio que se genera en torno a un portaaviones es muy rentable. A parte del gasto que realiza la tripulación en excursiones y otros servicios, hay que sumar el de los mandos y equipos especializados, caso de pilotos de cazas y expertos en inteligencia y de otros departamentos que acompañan al portaaviones en estas misiones militares.

Palma y Magaluf son los enclaves elegidos por los mandos militares para alojarse y disfrutar durante su estancia en la Isla en hoteles de cuatro y cinco estrellas.

El presidente de taxis de Mallorca, Biel Moragues, indica que «se han alquilado coches de rent a car, taxis y conductores para llevar en furgonetas a altos mandos, oficiales y suboficiales. Esto representa para nuestro sector un incremento del 30 % de los ingresos».

En las tiendas de Palma los marineros compran ropa deportiva, accesorios de moda «pero especialmente todo lo que sean productos tecnológicos», indican fuentes de una gran superficie.