Finalizada la lectura, se inició la procesión desde el Palau Episcopal hacia la Seu. FOTO: BOTA | Pere Bota

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«La presunción de inocencia es un derecho humano, es una actitud cristiana. Comenzamos la Semana Santa contemplando a Jesús en la cruz y escuchando el mensaje de su inocencia». Son palabras del obispo Sebastià Taltavull durante el sermón que pronunció en la catedral de Mallorca con motivo del Domingo de Ramos, inicio de la semana Santa.

Antes, el patio del Palau Episcopal había congregado a centenares de personas que vivieron con fervor esta celebración. El obispo Sebastià Taltavull bendijo las palmas y ramas de olivo que llevaban los fieles, entre los que se encontraban una familias con niños y turistas.

A pesar de que fueron numerosas las personas que participaron de la fiesta, había menos gente que la última vez que se celebró, hace dos años, ya que en 2018 la cita fue suspendida a causa del mal tiempo. Monseñor Taltavull, acompañado por el cabildo de la Catedral, dio la bienvenida en el patio del Palacio Episcopal a los asistentes y lo hizo en catalán, castellano, inglés y alemán. Seguidamente, se leyó el Evangelio según San Lucas.

El obispo se dirigió a los fieles indistintamente en catalán y castellano.

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Finalizada la lectura, se inició la procesión desde el Palau Episcopal hacia la Seu. La encabezaban la Escolania Vermells de la Seu del colegio San José Obrero, que interpretó cantos propios de la celebración. Una vez en la Catedral, que se encontraba abarrotada por los fieles, dio comienzo el solemne oficio.

En su parlamento, el obispo afirmó que «el relato de La Pasión de Jesús no es una noticia falsa, una fake news». Y remarcó que la presunción de inocencia es un derecho humano, una actitud cristiana. «La inocencia tan cuestionada hoy en día que casi nos hace avergonzarnos. Nos resulta tan fácil emitir juicios espontáneos negativos, muchas veces falsos. En muchas de nuestras conversaciones, sobre todo cuando hablamos de otras personas y vemos más sus defectos que sus virtudes, emitimos juicios condemnatorios».

Taltavull añadió que «está escrito en el relato de La Pasión: no se reconoció la inocencia de Jesús hasta que, después de muerto, un no creyente abrió los ojos a la fe y lo reconoció inocente. Es lo que tantas veces no sabemos hacer. Y eso que es una cuestión de Derechos Humanos, compromiso que compartimos con tantos hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo».

Después de más de 50 años acudiendo cada Domingo de Ramos a la Seu, la vendedora de palmas Isabel Planiol faltó a su cita por una leve infección. La mayoría de palmas y ramas de olivo son elaboradas por ella y por sus hijas que han seguido la tradición y este domingo le tomaron el relevo. Planiol se recupera favorablemente en un hospital.