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Los centros educativos de Baleares registraron el pasado curso 2017-18 un total de 3.210 alumnos expulsados. En concreto, se dieron 6.334 expulsiones que afectaron a los 3.210 estudiantes mencionados. Además, se abrieron 185 expedientes disciplinarios, una media de 0.72 por centro educativo.

Los 3.210 estudiantes expulsados apenas suponen el 1,9 % del conjunto del alumnado de las Islas. La mayoría de las expulsiones, 5.219, tuvieron lugar en institutos de Secundaria, y correspondieron a un total de 2.296 estudiantes.

Estos datos pertenecen a la memoria del curso del Institut per la Convivència i l’Èxit Escolar, dependiente de la Conselleria d’Educació i Universitat, que fue presentada este martes al Consell Escolar de les Illes Balears.

Para el sindicato CCOO, «el número de expulsiones que se da en Secundaria es muy importante y supone un incremento de las cifras de abandono y fracaso escolar. Invitamos a la Conselleria a que revise y modifique la normativa para evitar estas expulsiones, y que ponga los recursos necesarios para impedir esta mala praxis que, de hecho, no es capaz de recuperar a ningún alumno».

Otro factor destacado por CCOO es «el crecimiento del número de alumnos que se autoaíslan, consecuencia del uso de los teléfonos móviles. No se trata de prohibir su uso, sino de introducir estos dispositivos en el contexto educativo y trabajar buenas prácticas en su utilización».

Pese a estas valoraciones, CCOO considera que el trabajo del Institut per la Convivència i l’Èxit Escolar «es muy positivo en su lucha contra el abandono y el fracaso escolar, así como la labor de formación, sensibilización, prevención e intervención en los casos necesarios, y la elaboración de un plan autonómico para la coeducación».