Pons es una de las personas de confianza de Francina Armengol, presidenta del Govern y candidata del PSIB-PSOE en las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo. Se puede decir que ha sido su mano derecha cuando era presidenta del Consell de Mallorca y, posteriormente, cuando llegó al Consolat de Mar. Armengol confía tanto en él que en 2016 quiso que fuese sus ojos y su voz en Madrid y ahora vuelve a repetir.
El candidato del PSOE al Congreso por Baleares fue director del gabinete de la presidenta hasta que fue propuesto como cabeza de lista en las elecciones de junio. Sustituyó como número uno a Ramon Socias. Fue una apuesta de Armengol que se ha ido entendiendo con el paso del tiempo. En este sentido, fue uno de los pocos diputados socialistas que se mantuvo en el 'no es no' defendido por Pedro Sánchez, que se negaba a permitir que Mariano Rajoy se hiciese con la presidencia del Gobierno de España. Siempre se ha mantenido fiel a sus principios, lo que incluso se costó ser apartado por la dirección del PSOE en el Congreso de los Diputados.
Consulte aquí la lista de candidatos del PSOE al Congreso de los Diputados.
Licenciado en Ciencias de la Información y en Derecho, cuenta que no olvidará nunca su primera experiencia laboral y profesional. Fue en 1988 y, precisamente, en este periódico, Ultima Hora. Luego, y mientras estudiaba Derecho, vendió hamburguesas y perros calientes y más tarde se incorporó a El País. En aquella época, y y desde la redacción de Valencia, siguió de cerca a Zaplana y Rita Barberá.
Dejó el diario del Grupo Prisa y, becado, marchó a París a completar un máster centrado en Europa y la comunicación. Candidato en las europeas de 2014 vio nacer a Podemos. En aquella campaña, que fue donde el PSOE notó por primera vez a Podemos, ocupó el lugar número 20 de la lista del PSOE que lideraba Elena Valenciano.
Pere Joan Pons, hijo del también socialista Damià Ferrà Pons, es un europeista convencido y su paso por las instituciones le ha hecho valorar la importancia de la política exterior.
Siempre entendió que Europa necesitaba «un Obama». Hace gala de una sinceridad poco frecuente en la vida política y no le importará recluirse en un segundo plano si hace falta.
Aunque tiene la plaza asegurada, el próximo 28 de abril se sabrá si logra darle una victoria al PSOE en Baleares.
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