Martí March y Llorenç Huguet, en el centro, con siete de los nueve alumnos becados. | M. À. Cañellas

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La Residència d’Estudiants de la UIB registró este curso una lista de espera récord de 174 alumnos, a lo que hay que añadir otro récord: 78 alumnos han renovado y repetido estancia en la residencia, lo que dificulta la incorporación de nuevos estudiantes a estas instalaciones, que cuentan con una capacidad máxima de 97 plazas.

Estos datos fueron aportados ayer por Marta García, directora de la Residència, tras la entrega de 9 becas de alojamiento en la misma a nuevos estudiantes de la UIB. Los alumnos beneficiarios son: Lluís y Joan Mayans (hermanos), Jordi Sevilla, Bàrbara Planells, Laia Font, Judith Olives, Josefa Riera, Yeray Damas y Núria Pou.

Estas becas, aportadas por la Conselleria d’Educació i Universitat, suponen el pago de 514 euros mensuales a cada uno de estos alumnos, cantidad que cubre el alojamiento y el desayuno en la residencia. En total, la Conselleria ha destinado a esta convocatoria un total de 43.256 euros. Hasta ahora, las becas concedidas por este concepto eran ocho, pero este año se ha añadido una ayuda específica para la incorporación de una mujer a los estudios impartidos en la Escola Politècnica Superior.

El conseller d’Educació i Universitat, Martí March, y el rector de la UIB, Llorenç Huguet, hicieron este miércoles entrega de las becas a siete de los alumnos que pudieron estar presentes en el acto.

Marta García señaló que «hasta este curso, el año con más repetidores de estancia tuvimos a 60 de estos alumnos, pero ahora hemos pasado a 78. La demanda está creciendo».

La ampliación de la residencia actual no es posible y, de momento, no se plantea de una manera concreta la disponibilidad de una nueva instalación.

Las becas se distribuyen de la siguiente manera: dos para alumnos de Menorca, dos para Eivissa, dos para Formentera, dos para alumnos doce municipios de Mallorca alejados de Palma y una, ya mencionada, para una mujer en la Escola Politècnica Superior.

Los alumnos becados expresaron su satisfacción por las ayudas, «pues suponen un gran desahogo para nuestros padres». Las becas han condicionado la elección de universidad: «Sin beca, me hubiera ido a Barcelona, con el consiguiente esfuerzo de mis padres, pero la beca me ha llevado a estudiar a la UIB», apuntó uno de los beneficiarios. Además, las ayudas permiten que al menos puedan escaparse a casa algún fin de semana.