El valor catastral de los bienes inmuebles de uso residencial de Palma se ha duplicado en la última década. | P. Lozano

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El valor catastral de los bienes inmuebles de uso residencial de Mallorca superó en 2017 los 35.500 millones de euros, lo que representa un 78,37 % más que diez años antes. Así se desprende de la estadística publicada recientemente por el Institut Balear d’Estadística (Ibestat) a partir de los datos del Catastro. Este incremento del 78 % de la Isla es solo una media ya que las variaciones en los municipios mallorquines son muy dispares y oscilan entre el decrecimiento del 23,71 % de Muro al incremento del 488 % de Mancor.

En cualquier caso, la subida del valor catastral es la tendencia más generalizada, que se debe a las revisiones que se han llevado a cabo en los últimos años a iniciativa de los ayuntamientos, que disponen de un margen de entre cinco y diez años para encargarlas a la Dirección General del Catastro, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda. El valor catastral es un valor administrativo fijado objetivamente para cada bien inmueble y para determinarlo se consideran componentes como la localización del inmueble, el coste de ejecución material de las construcciones, los beneficios de la contrata, la antigüedad edificatoria y las circunstancias y valores del mercado valor del suelo, entre otros. Sin embargo, el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Balears (Proinba), Luis Martí, detalló que el valor catastral «no influye» en el precio de venta de la vivienda ya que se usan otros parámetros como las tasaciones inmobiliarias.

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En cambio, el valor catastral sí que incide directamente en la cantidad que pagará el contribuyente en concepto del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) ya que supone su base imponible. De todos modos, la ley atribuye a los ayuntamientos la capacidad para determinar los tipos impositivos, así como para articular determinados beneficios fiscales, todo lo cual determina finalmente la cuota del impuesto.

De hecho, muchos consistorios de la Islas impulsaron cambios en los años más duros de la crisis para reducir cargas fiscales a los ciudadanos ya que se produjeron revisiones al alza. En Costitx, por ejemplo, a finales de 2015 se aprobó una bajada del coeficiente que se aplica para calcular el IBI para así poder compensar la subida de los valores catastrales de las viviendas tras su revisión. En Sencelles, el alcalde Joan Carles Verd, se vio obligado a tomar una decisión similar en 2017, después de las quejas recibidas por los ciudadanos por una subida considerable del impuesto, motivada también por la revisión catastral.

El valor catastral no sólo afecta al IBI, sino que la parte correspondiente al suelo constituye la base imponible del Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, más conocido como plusvalía municipal. También tiene relación con el Impuesto sobre la Renta, con el del Patrimonio, con el de Transmisiones Patrimoniales y con el de Sucesiones y Donaciones.