La actividad turística se ha reactivado en los meses de temporada baja, sobre todo en Palma. | Julián Aguirre

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El alargamiento de la temporada turística en Baleares ha tenido un claro impacto en el mercado laboral. Las Islas acabaron el pasado año con un máximo de trabajadores fijos discontinuos en activo, prácticamente el doble que hace una década, según las estadísticas de la Seguridad Social. En concreto, entre octubre y diciembre de 2018 hubo 122.203 afiliados fijos discontinuos en las Islas, un 82 % más que en el mismo período del año 2008, justo cuando empezó la recesión y Baleares registró las temporadas turísticas más cortas de su historia.

El contrato fijo discontinuo está muy ligado al sector turístico por su estacionalidad y los máximos de afiliación de esta modalidad se registran en los meses de verano. Sin embargo, en los últimos años se han registrado incrementos considerables en temporada baja, por lo que el aumento de este tipo de contratos en primavera, otoño e invierno está ligado a la mayor actividad turística que se registra en las Islas en temporada baja, sobre todo en Palma.

Actividad

Prueba de esta mayor actividad turística es que los aeropuertos de las Islas registran este invierno 100 vuelos más al día que hace un año. Además, hay que tener en cuenta que el incremento de la oferta hotelera en Palma y la puesta en marcha del Palacio de Congresos han contribuido a la desestacionalización. De este modo, los trabajadores fijos discontinuos que consiguen trabajar más meses no necesariamente están vinculados directamente al turismo ya que se trata de un sector que genera empleos indirectos, caso de la distribución, por ejemplo.

Pese a la evolución positiva de estas cifras, los sindicatos consideran que el incremento de trabajadores fijos discontinuos, especialmente en temporada alta, tendría que haber sido mayor en los últimos años. Tanto CCOO como UGT han reiterado en más de una ocasión que la recuperación económica de Baleares tendría que haber conllevado una mayor estabilidad laboral y, por tanto, una mayor contratación de trabajadores fijos discontinuos en detrimento de los temporales, cuyo peso es aún muy elevado en las Islas.

Temporalidad

Sin embargo, el pasado verano y por primera vez desde que empezó la crisis, el número de trabajadores temporales disminuyó en comparación con el anterior. Este descenso se produjo el mismo año que se alcanzó un récord de ocupación, por lo que, según subrayó el conseller de Treball, Comerç i Indústria, Iago Negueruela, todo el nuevo empleo generado fue indefinido. En cualquier caso, desde el Govern apuestan por no abandonar la lucha del trabajo de calidad, uno de sus retos más inmediatos.