Imagen de una pradera de posidonia. | Antoni Salvà

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El proyecto Antroposi, en el que participan los investigadores del Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea, con sede en Esporles) Núria Marbà, Iris Hendriks, Raquel Vaquer, Susana Flecha y Alejandro Orfila, estudia cómo afecta la actividad humana a las praderas de posidonia, evaluando dos presiones: el paso del tráfico marítimo en áreas poco profundas y la aportación de nutrientes de los emisarios submarinos de depuradoras.

El estudio parte de los siguientes datos. El 67 % de las pérdidas de posidonia se atribuye a impactos físicos originados por el hombre: obras costeras, pesca de arrastre y fondeos, entre otros. El 30 % de las pérdidas se debe a la eutrofización en la costa: aportación de nutrientes y materia orgánica, en este caso por emisarios submarinos y también por el vaciado de sentinas.

El proyecto Antroposi incluye el estudio de la afectación del tráfico marítimo, especialmente de los grandes barcos, que atraviesan áreas como el Canal d’Eivissa, donde hay una extensa pradera que se extiende desde aguas profundas hasta aguas muy someras.

En concreto, los investigadores quieren comprobar si el paso de barcos, que suelen navegar a gran velocidad, levanta el sedimento, creando turbidez y falta de luz en la pradera, e impidiendo el crecimiento de las plantas, lo que podría causar fragmentación por estrés hidrodinámico.

Los científicos apuntan que en los últimos 50 años se ha perdido más del 30 % de las praderas de posidonia del Mediterráneo occidental por diversas reazones, todas ellas relacionadas con las actividades humanas.

Así, el proyecto Antroposi también estudia la capacidad de la pradera para retener sedimento y proteger contra la erosión. Igualmente, evalúa la fragmentación de la pradera en zonas de paso de grandes barcos y ferris, y de gran intensidad de anclajes.

En cuanto a los efectos de los emisarios, Antroposi también analizará hasta qué punto esta actividad incide en la cantidad de luz que penetra hasta el fondo marino y cuantificará la capacidad fotosintética de la pradera de posidonia, así como sus densidades y tasas demográficas: mortalidad, natalidad y crecimiento neto. Otra cuantificación a concretar es la de los niveles de dióxido de carbono en la pradera y en la superficie del mar.