Marc Herrera y Jesús Jurado presentaron ayer los actos de la Diada. | Pere Bota

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La interculturalidad es la temática elegida por el Consell para los actos de la Diada de Mallorca de este año, que se inician el próximo sábado en Llucmajor con la lectura del pregón a cargo de la doctora en Filología Hispánica y mediadora cultural Malika Kathir. El vicepresidente segundo de la institución insular, Jesús Jurado, y el director insular de Relacions Institucionals, Marc Herrera, presentaron este miércoles el programa de actos, que se caracteriza por la programación de diversas actividades en trece municipios de la Isla. En total se ofrecerán un total de 60 actividades comprendidas entre este sábado 22 hasta el 31 de diciembre.

Este sábado, además del pregón, habrá otras actividades lúdicas en Llucmajor. La jornada terminará con el concierto de la Diada de Mallorca, con baile popular y grupos musicales. El 29 de diciembre tendrá lugar el acto institucional de la Diada de Mallorca en el Teatre Principal de Palma con el discurso del presidente del Consell, Miquel Ensenyat; y el día 31, por la mañana, se celebrará la Festa de l’Estendard. Desde el 22 hasta el 29 se ofrecerán actividades lúdicas y culturales en Palma, Bunyola, Petra, sa Pobla, Binissalem, Felanitx, Son Servera, Algaida, Inca, Ses Salines, Campos, Vilafranca y Sant Llorenç.

El eje central de la Diada, la interculturalidad, se entiende desde el Consell como «la existencia en el territorio insular de diferentes culturas creada a partir de la llegada de gente de todo el mundo». «La interculturalidad quiere facilitar la integración de las personas recién llegadas, fomentar la convivencia de la población y canalizar el conocimiento de las características culturales propias del territorio de acogida», manifestó Jurado, quien destacó la descentralización del programa de actos de este año.

La Diada de Mallorca, que se celebra el 31 de diciembre, conmemora la conquista de Mallorca por parte de Jaume I en el 1229. Es una de las fiestas más antiguas de Europa y desde el siglo XII simboliza y representa el nacimiento del pueblo mallorquín actual.