José Manuel González-Páramo asegura que las subidas de tipos afectarán, pero no vislumbra una recesión a medio plazo. | Jaume Morey

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José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo de BBVA, cree en la imprescindible digitalización. Asegura que Baleares debería diversificar su estructura productiva y apuesta por extender la temporada turística.

¿Están las empresas preparadas para un futuro digital?
—Hoy, más que hace unos años, pero aún lejos del nivel al que deberíamos aspirar. La forma en la que las compañías españolas utilizan lo digital dista de ser óptima. Madrid y Baleares están a la cabeza de la digitalización en España, pero hemos de aspirar a más si queremos ser competitivos a nivel europeo.

¿Es también capital en el mundo de la hostelería?
—Sí, y no está ligado ya solo a la comercialización. Aprovechar el ‘big data’ nos permite saber lo que quiere el cliente, cuáles son sus gustos y cómo valora sus experiencias. La digitalización no tiene compartimentos estancos. Afecta a todos los aspectos de nuestra vida.

¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de la economía balear?
—Como punto fuerte destacaría que Balears está avanzada en digitalización en relación al conjunto del país. Se ha demostrado que es una economía capaz de crear empleo. Además, el sector turístico de Balears es muy dinámico, y ésta es una economía muy conocedora de lo mejor del sector. Durante años ha disfrutado de un turismo prestado, que tenían su origen en la inestabilidad de países que eran destino habitual de ese turismo, y que debe aspirar a retener.

Pero el turista que ha optado por irse a otro destino ha sido por una cuestión de precio.
—Si uno mira la evolución de los precios turísticos en Balears, han crecido por encima de la media del país. Hay que pensar en extender las temporadas. Debemos aspirar a un turismo que tenga componentes añadidos al tradicional de sol y playa. Se han reducido las pernoctaciones y el gasto medio ha aumentado.

¿Puede ser Baleares una comunidad próspera con tan alto nivel de estacionalidad?
—Sí, pero hay que trabajar en que la noción de temporalidad no sea tan concentrada. La economía de Balears debería diversificar su estructura productiva. Tener tanta actividad concentrada en un sector no es lo mejor. Hay que diversificar riesgos.

BBVA hace una contundente apuesta por la digitalización. ¿Es cuestión de supervivencia?
—Hay que apostar por la digitalización. Lo digital está transformando a nuestro cliente, que ahora está conectado 24 horas y siete días a la semana. La transformación digital ha cambiado también el entorno competitivo en el que se mueven los bancos. Antes éramos bancos frente a otros bancos. Ahora, somos bancos frente a pequeñas compañías que nacen en el mundo digital, las llamadas ‘fintech’. Y también hay que contar con las ‘bigtech’, que están merodeando sobre el negocio. La digitalización es una necesidad imperiosa.

¿Serán Amazon, Facebook o Google los grandes competidores de los bancos tradicionales?
—Son nuestros competidores potenciales. Tienen los datos, que son ahora mismo el oro o el combustible de la economía digital. Tienen la capacidad, pero aún no tienen el apetito suficiente para vencer su rechazo a la regulación financiera. No quieren ser regulados. De momento, no se han planteado convertirse en bancos, pero ya ofrecen servicios de pago, ofrecen pequeños préstamos ‘online’ y otros servicios financieros.

¿Juegan con ventaja?
—Claro. No es la falta de regulación la única ventaja. Nacen sin el legado de unas infraestructuras tecnológicas que pueden estar ya obsoletas, con el enfoque dirigido hacia el cliente. La regulación acabará recayendo sobre estos actores.

¿Desaparecerán las oficinas bancarias tal y como las entendemos ahora?
—La existencia de oficinas, paradójicamente, es una ventaja para los bancos frente a las tecnológicas. El cliente, en ocasiones, necesita una cara y preguntar.

¿Aún es necesario el face to face?
—Para algunas operaciones importantes, sí. En todo caso, las oficinas van a cambiar. Antes eran el lugar para los servicios transaccionales, sacar dinero, depositarlo… Se han de ir especializando en asesoramiento.

Más de un economista augura que con la previsible subida de tipos las administraciones se verán abocadas a nuevos recortes, haciendo inevitable que se produzca otra crisis.
—La subida de tipos no será inmediata, aunque llegará a finales de 2019 y poco a poco. En todo caso, hemos de aprovechar ahora que la economía aún crece a tasas muy por encima de las europeas. Evidentemente, puede suponer algún tipo de recorte, pero no necesariamente una crisis, causada por una subida de tipos. No veo una recesión a medio plazo. Serán subidas de tipos anunciadas por el Banco Central Europeo y muy moderadas.

¿Estamos abocados sí o sí a unas pensiones más escuálidas?
—Tenemos un sistema de reparto, que hace que los trabajadores en activo paguen unas cotizaciones para las personas que están retiradas. La demografía es muy madura por lo que hay dos soluciones: aumentamos las cotizaciones de quienes trabajan o contenemos el crecimiento del gasto en pensiones. También podemos articular soluciones intermedias como las cuentas individuales de pensiones, en las que una parte de tu pensión procede de tus propias aportaciones. Obviamente, algo hay que hacer.

¿Es un peligro la robotización?
—Cuanto más contenido de interacción personal tiene un trabajo, más difícil es que un robot sustituya estas tareas con ventaja. Los robots están aquí para reeemplazar las tareas rutinarias y replicables que hacemos.