Un niño autista, jugando en el centro. | M. MONER

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Peligra la continuidad del centro Gaspar Hauser, especializado en la atención a personas con autismo. La Asociación de Padres de Niños Autistas (APNAB)-Gaspar Hauser constituida en 1978 lleva años trabajando, codo con codo con la Administración pública, para mejorar la calidad de vida de niños y adolescentes que sufren autismo, y ha llegado a tener hasta unos 80 trabajadores.

La complicada situación económica que arrastra el centro desde hace tiempo, se agravó cuando la Conselleria de Serveis Socials no renovó en septiembre el concierto para el servicio de atención temprana del que se beneficiaban 84 familias, porque carecía de la autorización del IMAS (Institut Mallorquí d’Afers Socials). Las familias tuvieron que ser derivadas a otros centros, y ahora la entidad está al borde del cierre o de una profunda reestructuración, lo que plantea numerosos interrogantes.

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En este contexto, Maribel Morrueco, directora y gerente del centro, explicó este viernes: «no me han cesado ni yo he dimitido, ya he oído rumores de todo tipo».

De los 80 trabajadores que tenía hace unos meses la entidad ahora sólo quedan «unos 50», reconoce Morrueco. A todos estos trabajadores se les adeudan las pagas extras de Navidad de 2017 y junio de 2018, así como las nóminas de agosto, septiembre y octubre de este año, y algunos complementos de comedor y el kilometraje.

Morrueco insistió en que, si bien es cierto que atraviesan una situación muy delicada, la intención es reunirse con el comité de empresa para negociar una reestructuración de los servicios, abriendo la posibilidad a que se lleve a cabo un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE).