Este miércoles se han retomado los derribos en el poblado de Son Banya, una jornada que ha estado marcada por la negativa de dos familias de abandonar las viviendas. | M. À. Cañellas

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La comisión judicial, la Policía Nacional y los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Palma han logrado convencer a dos familias de Son Banya afectadas esta semana con orden de desahucio para que abandonen las viviendas y los operarios puedan retomar este miércoles las labores de derribo.

A primera hora de la mañana, estas dos familias se han opuesto a salir de las casa, pero finalmente han accedido a abandonarla y acogerse al plan de reinserción municipal. Son dos de las tres familias cuyas viviendas serán derribadas a lo largo de esta semana.

En el poblado de Son Banya se han vivido este miércoles momentos de alta tensión, ya que los gitanos han increpado a los medios de comunicación y les han amenazado para que no grabasen. De hecho, a los cámaras de IB3 TV le han quitado un trípode, que gracias a la mediación de la Policía han recuperado. Finalmente, por recomendación policial, la prensa ha abandonado la zona.

El Ajuntament ha retomado alrededor de las 12.30 horas los derribos, que ya llevaban un mes sin realizarse, debido a diferentes motivos: las inundaciones de Sant Llorenç, un festivo, etc.

Los operarios han estado realizando tareas de corte de suministros y desmontando los tejados. Se prevé que este jueves se comiencen a tirar las casas, unos trabajos que se prolongarán hasta el viernes.

Manuela Cortés, portavoz de las familias de Son Banya, ha manifestado a los medios de comunicación que «se está dejando a las personas sin casas». Asimismo también ha asegurado que «el alcalde no tiene la culpa».

Una de las familias afectadas ha explicado que, con motivo del desalojo del poblado, les envían a Sa Pobla y han presentado su queja al Ayuntamiento de Palma.