Vista del barrio de Santa Catalina de Palma. | P.Lozano

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Los extranjeros se están convirtiendo, poco a poco, en los dueños de Santa Catalina, según se desprende del informe sobre gentrificación elaborado por Palma XXI. En concreto, de las 707 viviendas que se vendieron entre 2012 y 2016, un total de 296 fueron adquiridas por ciudadanos de otros países, 321 por españoles y de 90 se desconoce la nacionalidad. Otro dato relevante, es que el 77 % de los vendedores eran españoles, frente al 8,4 % de extranjeros; del resto de operaciones se desconoce.

El presidente de Palma XXI, Jaume Garau, hizo un llamamiento a proteger las Islas, ya que los residentes están siendo desplazados a otros barrios como Pere Garau o el Eixample, e incluso, a otros municipios. En este punto, puso como ejemplo lo que está sucediendo en El Born, donde edificios muy importantes están terminando en manos de extranjeros.

El presidente de Palma XXI destacó que la capital balear es muy interesante para los inversores. Carlota Cabeza, miembro del equipo redactor del informe precisó que el precio mayoritario de venta las viviendas oscila entre 200.000 y 400.000 euros. En materia de alquiler de larga duración, el grueso de pisos se arriendan por 1.200-2.000 euros al mes.

Sin embargo, precisó que los que lo alquilan por días a través de Airbnb obtienen más rentabilidad; el precio de alquiler diario mayoritariamente es de 50-100 euros, aunque incluso los hay que cuestan 700 euros al día.

Esta «importante» actividad inmobiliaria ha provocado desahucios «para propiciar operaciones de compra-venta de viviendas». Garau precisó que «estamos ante un barrio que ha pasado de tener un uso principalmente residencial, pero que desde hace unos años se ha transformado en un espacio mayoritariamente dedicado a la restauración y el ocio nocturno». En este punto, advirtió del riesgo de que Santa Catalina termine como Gomila, ya que cuando hay un monocultivo si este fracasa provoca daños importantes. No obstante, precisó que «Santa Catalina ha sufrido un proceso de gentrificación intenso, que en los últimos años se ha estabilizado».

Palma XXI reclama la puesta en marcha de un observatorio de gentrificación de Palma para poder tomar medidas efectivas.