Calles inundadas, coches agolpados, destrozos varios, ... eran algunas de las imágenes de ese día. | Alejandro Sepúlveda

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Emergencias tuvo constancia de la existencia de la aparición de fallecidos y desaparecidos en las inundaciones de Sant Llorenç «a partir de los primeros momentos», según consta en el informe técnico oficial del departamento, elaborado por el director técnico de operaciones del Inunbal, Joan Pol.

Este informe forma parte de la documentación que ha facilitado la Conselleria d’Hisenda a los partidos políticos antes de la comparecencia parlamentaria de la consellera, Catalina Cladera, prevista para este martes por la tarde. El informe oficial de Emergencias viene acompañado por uno del Ministerio del Interior, que hace un relato de los hechos, por el informe de cuantificación de los daños y por el detalle de la relación de incidentes de que tuvo constancia el 112.

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«A partir de los primeros momentos ya se tiene constancia de la aparición de cadáveres y de desaparecidos», señala el documento, que hace un crudo relato de la realidad que se vivió ese día en el municipio mallorquín y que acabó con la vida de trece personas.

El informe señala que las lluvias llegaron a los 237 litros por metro cuadrado y apunta a que, para atender los primeros incidentes, entre las 19.32 horas y las 21.00 horas, se movilizaron 19 vehículos de bomberos y 42 personas del Consell; la Guardia Civil moviliza a 100 efectivos; Carreteres del Consell activa 6 vehículos y 8 personas; del Samu, 10 vehículos y 21 personas, y de Protección Civil, 17 voluntarios. «Por procedimiento extraordinario se movilizan, de la dirección general de emergencias, 3 vehículos y 6 personas», añade. El informe concreta que el sistema de emergencias por inundaciones, el Inunbal 2, se puso en marcha a las 21.07 horas.

La UME quedó avisada oficialmente a las 22.33 horas y durante los días posteriores a la tragedia llegó a haber hasta 807 personas en el dispositivo buscando al niño desaparecido y trabajando en la recuperación de la zona. Una vez localizado el cadáver del pequeño Arthur, «y debido a que se preveía otro episodio de alerta naranja», se dedicaron todos los recursos a la limpieza del torrente de Sant Llorenç y Canyamel.