Catalina Cladera, Consellera d'Hisenda i Pressuposts. | Joan Torres

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Aunque es más conocida como consellera d’Hisenda, la gestión de emergencias le ha puesto estos días en el centro de la política balear. Ella asegura que la tragedia era difícilmente evitable, pero reconoce que habrá que cambiar algunos aspectos de la planificación de emergencias.

La pregunta que nos hacemos todos: ¿se podía haber evitado?

Efectivamente, esa la pregunta. Tengo clarísimo que, desde el minuto uno hemos hecho todo lo posible con la información que teníamos. Estamos ante un fenómeno totalmente extraordinario; no se habían realizado alertas de que podía pasar y eso ha hecho que la tragedia nos haya cogido de nuevas. Insisto: desde el minuto uno se hizo todo lo que se pudo y a las 21.00 ya había 200 operativos activados. También es evidente que no podemos quedarnos aquí porque ahora toca hacer una revisión; todos estamos obligados a hacerla.

¿Qué pasó en esas dos horas desde que estalló la tormenta hasta que se activó el plan de emergencias?

A las 18.30, cuando comenzamos a tener incidentes en el 112, ya se activan medios en aquella zona. Pero hay que recordar que Sant Llorenç quedó incomunicado por teléfono, también por carretera, así que el 112 dejó de recibir llamadas por este corte en las comunicaciones. En cualquier caso, desde el momento en que hubo indicios, se activó toda la unidad operativa de emergencias y a las 21.00, el plan de emergencias, el Inunbal 2, que corresponde a un nivel de alerta roja que no llegó hasta más tarde.

¿Qué implica activar ese plan?

Significa que, ante la envergadura de la catástrofe, la Comunitat asume el mando, el control y la coordinación administrativa y política. ¿Se podía haber hecho antes? Estoy convencida de que antes se hizo todo lo que se pudo, desde que llegaron llamadas al 112 a primera hora.

La Aemet asume que algo falló.

Lo que dicen los técnicos es que sus medios no son capaces de detectar una célula intensa, pero aislada, que es lo que pasó, y por eso marcó la alerta naranja. Ellos están haciendo su análisis y su propia auditoría y deberán revisar, igual que todos, qué ha pasado. Aquí falló la predicción y no se pudo avisar a la población y tomar otras medidas.

¿Y el Govern no puede actuar de oficio ante la evidencia de que está diluviando?

Es lo que hicimos desde el momento en que tenemos constancia de que algo está pasando, que es lo que corresponde. Al Govern no le corresponde hacer la predicción ni tiene medios para ello.

¿Esta reflexión autocrítica que hace la Aemet la hará el Govern?

Ante una tragedia como esta, estamos obligados. Primero tocaba actuar de emergencia, ayudar a las personas, a que se recupere la normalidad, pero ahora toca hacer el análisis: se deben revisar los protocolos del plan, que es de 2005, hay que revisar las comunicaciones internas, qué falló esa noche... Ahora toca revisar.

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Varias zonas de Mallorca se encuentran en la misma situación de riesgo que estaba Sant Llorenç. ¿Con esta experiencia, qué se puede hacer?

Es importante trabajar de forma coordinada con otras administraciones, pero lo trascendental es poder contar con mecanismos de predicción para poder actuar. Pero insisto: se trató de una tormenta y una torrentada extraordinarias, que se dan muy esporádicamente.

¿Ese fatalismo significa que nos tenemos que acostumbrar a vivir con la posibilidad de que ocurra otra tragedia en otra zona?

No tenemos que vivir con miedo a partir de ahora. Hay unos planes que prevén cómo se ha de actuar y tenemos que mejorar las predicciones.

Igual sí es necesario que aprendamos a tomar conciencia de que existen riesgos.

Es cierto que la ciudadanía debe estar informada, pero aquí no había pasado nunca y no sabemos cuándo volverá a pasar, lo que hace que la conciencia de riesgo se olvide.

¿Tenemos efectivos suficientes para afrontar esta situación?

Bueno, venimos de una época de recortes en la que no quiero entrar, pero sí es verdad que no hay que escatimar recursos. Aquí disponemos de medios, pero otros tienen medios especializados como la Guardia Civil o la UME.

¿Ha llegado el momento de tener un destacamento de la UME aquí, algo que provocó debate en el Parlament?

El PSIB votó a favor de que la hubiera. Cuando se producen estas catástrofes, la UME contribuye a que todo se arregle más rápido. Quiero agradecer el esfuerzo que hizo el Gobierno, pero es evidente que, si estuvieran aquí, la actuación sería más rápida.

¿Cómo valora el papel de la oposición?

Hasta ahora ha actuado de manera responsable, pero veo indicios de que buscan fallos políticos que no existen porque todas las decisiones políticas están basadas en informes técnicos. Apuntan a una posible comisión de investigación, así que alguien está sembrando sospechas de que no se actuó bien. Espero que en la comparecencia parlamentaria pueda aclararlo todo, aunque no tengo claro que la oposición no quiera sacar rendimiento político de este tema.

¿Cambiaría algo de lo que ha hecho estos días?

Aún no he tenido tiempo de reflexionar, pero quiero destacar el papel que han jugado todos los que han intervenido en las emergencias, con implicación y vocación extraordinaria. Poco más puedo decir, también la solidaridad de la población. Una tragedia enorme ha despertado una gran solidaridad y cariño. ¿Qué cambiaría? Eso necesito reflexionarlo más, también con la ayuda de los técnicos.