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El regidor de Urbanismo y de Seguridad Ciudadana, José Hila, ha señalado este martes que los vecinos que ocuparon el bloque 8 de las viviendas sociales de Camp Redó «sabían que el edificio se tenía que derribar».

«Nos quedan ocho vecinos con los que prácticamente tenemos acuerdo y en cuanto se acaben las negociaciones el edificio se tiene que derribar porque tiene un problema estructural de seguridad», ha explicado en rueda de prensa.

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En esta línea, ha insistido en que «cuando hay un problema de seguridad, los políticos dan un paso al lado y dejan trabajar a los técnicos», que determinarán a lo largo de esta semana «qué parte del edificio está en riesgo inminente por temas de seguridad».

Por último, ha asegurado que desde el Ayuntamiento de Palma ayudarán a los ciudadanos «en todo lo que se pueda, como se hace con cualquier ciudadano que acude al Consistorio con cualquier tipo de problema».