Obreros con trajes de protección trabajando en la retirada de amianto en el colegio de Es Pont. | Redacción Local

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La Conselleria d’Educació encara el final del amianto (componente del fibrocemento) en los centros educativos de Balears. Con la planificación y el presupuesto del Pla d’Infraestructures Educatives, la Conselleria hizo una previsión de 45 actuaciones para completar la retirada del amianto de todos los centros de las Islas, con una partida económica de 2,1 millones de euros.

Treinta y cuatro de estas actuaciones ya han sido ejecutadas, cuatro están en fase de contratación y para las siete restantes se está redactando el proyecto. De esta manera, queda por realizar el 29 % de las actuaciones con el 16 % del presupuesto (345.159 euros).

La actuación más importante desde el punto de vista económico, ya ejecutada, ha sido la retirada del fibrocemento de la cubierta del polideportivo dels instituto Pasqual Calbó, de Maó, con 232.000 euros. Otras actuaciones que han superado los 200.000 euros han sido la retirada del amianto de la cubierta del Centre d’Educació de Persones Adultes (CEPA) Llevant, de Manacor, y el de la cubierta del colegio público Es Pont, de Palma.

De las obras pendientes, destacan los 150.000 euros destinados a la retirada del amianto de la cubierta del CEPA Son Canals, en Palma. El resto de actuaciones pendientes son de escasa entidad económica, con la excepción de los 77.000 euros destinados a la supresión del fibrocemento de las cubiertas del instituto de Llucmajor.

El director general de Planificació, Ordenació i Centres, Antoni Morante, explica que «la normativa no obliga a una retirada inmediata del amianto si no está degradado o si no es manipulado. De todos modos, hemos decidido eliminar este material de todos los centros educativos, un trabajo que deben realizar empresas especializadas en períodos vacacionales. Y al tratarse de un residuo peligroso, la retirada debe ser revisada por Inspección de Trabajo. Al final del verano de 2019, todo el fibrocemento debe estar retirado, aunque siempre puede surgir algún elemento no registrado, como una canalización de aguas en la que nadie se ha fijado».

Morante destaca que «hay comunidades que no tienen ningún plan para retirar el amianto de los centros educativos. Nosotros tuvimos claro desde el principio que era un trabajo que había que hacer, y cuanto antes, mejor».