Enrique Collazo, Jaume Payeras, Merçè Borràs y Joan Antoni Salas. | M. À. Cañellas

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La regidoria de Benestar explicó este viernes que Juana Mendoza debe abandonar el Servicio de Acogida Municipal (SAM) porque tiene trabajo, ha rechazado una vivienda de alquiler y tiene 4.000 euros de ahorros por la prestación de manutención que le debía el padre de sus hijos.

Desde la plataforma Stop Matrato Centro de Acogida respondieron que Juana no quiere abandonar el SAM porque teme que tendrá que volver, como ya le ocurrió hace unos años. En este sentido, argumentaron que percibe un salario de 900 euros, pero tiene que destinar 700 euros para que un canguro se quede con sus hijos mientras trabaja. Además, añadieron que de alquiler tendría que pagar unos 850 euros y aseguraron que en el Consistorio le había dicho que solo tendría ayudas para el alquiler durante dos o tres meses.

Juana tendrá que abandonar el SAM el próximo jueves y la plataforma ha convocado una acción de protesta. Desde Benestar argumentaron que las estancias en el SAM son temporales y aseguraron que Juana ya está preparada para vivir fuera, por lo que no se considera una expulsión si no un alta. No obstante, destacaron que puede solicitar ayudas del catálogo de prestaciones básicas, tales como las destinadas al alquiler, etc.
En este punto subrayaron que hay otras familias más necesitadas, que están esperando que Juana deje uno de los apartamentos del SAM para poder vivir allí y comenzar un proceso de recuperación que les permita iniciar una vida nueva.

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Con la finalidad de desmentir las críticas de la plataforma Stop Maltrato al Centro de Acogida, Benestar organizó una visita con los medios de comunicación a las instalaciones del SAM de familias de larga estancia. El director del centro, Enrique Collazo, explicó que Juana está integrada y participa en las actividades. Sí reconoció que las familias se han sentido violentas los días que ha habido manifestaciones delate del SAM porque «no comparten las críticas».

Una de las mujeres que reside en el SAM, Diana Martins, explicó que recibe una buena atención. Ahora está a punto de tener a su segunda hija, pero señaló que en cuanto se recupere se pondrá a buscar trabajo para poder iniciar una vida normalizada.

De las 14 familias que viven en el SAM de larga estancia, cinco son madres con recién nacidos. En 2017 acogieron a 43 familias y de los 54 adultos atendidos anteriormente solo han vuelto nueve.