Imagen de jóvenes bebiendo cerveza. | ARCHIVO

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La edad de inicio del consumo problemático de alcohol en los jóvenes de las islas se sitúa en los 17,7 años, 16,9 años en los hombres y 19,3 en las mujeres, según datos facilitados este miércoles, por Proyecto Hombre Baleares.

El presidente ejecutivo de la entidad en la comunidad, Jesús Mullor, ha reiterado este miércoles su preocupación por el consumo de alcohol entre jóvenes y menores, y las urgencias generadas por éste, tanto por enfermedades vinculadas a la adicción como por los accidentes de tráfico o casos de delincuencia relacionados con la misma.

Mullor también ha alertado de que la baja percepción de la peligrosidad de esta adicción ha llevado a que el consumo de alcohol esté «fuertemente» instaurado en nuestra sociedad.
«Con el tabaco, es muy fácil de ver, quien fuma, fuma, pero con el alcohol sólo hay alarma cuando el consumo es muy exagerado», ha apuntado.

El responsable de la entidad ha pedido más apoyo por parte de las instituciones públicas y ha recordado que en enero de este año, se publicó que el coste de la sanidad pública por la atención de pacientes afectados por abuso de alcohol se establecía entre los 885 euros y 9.992 euros, dependiendo de la gravedad del caso.

Carmen Jiménez, directora del programa Ítaca de Proyecto Hombre Baleares centrado únicamente en las adicciones alcohólicas, ha informado de que el servicio ha atendido a 433 personas desde 2011, a 288 hombres y a 145 mujeres, de las que el 31,4 % ha conseguido el alta terapéutica.
Jiménez ha explicado que el 53,3 % de las personas atendidas que realizaron el programa dirigido a personas con problemas de alcoholismo, pudieron acogerse a un programa de tipo ambulatorio al disponer de una estructura sociofamiliar y laboral.
El 46,7 % de los atendidos hizo el programa de Comunidad Terapéutica enfocado a personas que requieren una asistencia en residencia.
Los datos aportados por la entidad han mostrado que las mujeres consiguen una mayor tasa de altas en ambos programas.
«A las mujeres les cuesta más identificar o reconocer el problema, pero una vez que entran en tratamiento, llegan con una determinación bastante clara de lo que quieren conseguir, además, muchas de ellas son madre, lo que implica un «plus» de responsabilidad», ha manifestado.